Capítulo 27

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Frunciendo el ceño ante su discurso tan florido, Guillermo no estaba seguro de qué pensar de estos individuos. Sus poderes estaban tan débiles que se sentía expuesto e inseguro. Incapaz de defenderse. Él odiaba sentirse vulnerable cuando no sabía contra qué se estaba enfrentando.

Cuáles eran sus habilidades.

Mucho menos, sus intenciones.

Carson enfocó una luz en el ojo en el que tenía rotas las venitas.

Insultando, Guillermo le agarró la mano y empujó la luz fuera de su rostro.

“Está bien,” le dijo Carson pacientemente. “Solamente estoy tratando de tener una idea general de lo que te hicieron.”

“¿Acaso no es obvio? Me hicieron mierda.” ¿Qué clase de médico no se daba cuenta de eso solo con mirarlo de lejos?”

¿Sabrían lo que estaban haciendo?

Carson se rio. “Si, estoy al tanto de eso. Pero necesito algo más específico antes de comenzar a tratarte.” Él dio un paso hacia adelante. “¿Puedo mirar tus ojos? Quiero ver si estás en shock o si tenéis una contusión.”

Guillermo asintió, e hizo lo mejor que pudo para no darle una piña. Pero era difícil cuando la luz de Carson no tenía piedad y hacía que la cabeza le doliera mucho más de lo que ya le dolía.

Una vez que Carson terminó con eso, puso la luz en el bolsillo de su campera. “¿Te importaría si

lavamos la pintura de tu rostro?”

Claro que le importaba. “¿Por qué?”

“Bueno, va a hacer que sea mucho más difícil limpiar y vendar los cortes que tenéis y estoy seguro que para algunos vas a necesitar suturas. No es algo que queramos hacer sobre una pintura aceitosa. ¿Te molestaría?”

A este punto ya no importaba. ¿Acaso podía verse más débil de lo que ya se veía para ellos?

“Está bien.”

Margery se adelantó con un pedazo de tela tibio para limpiar su cara mientras Carson examinaba el corte que uno de los Phonoi le había hecho en el estómago.

Uno de estos días iba a encontrar a esa perra y hacerle pagar diez veces lo que le había hecho. Encima había tenido el tupé de reírse después de hacerlo.

Una vez que Margery le hubiera limpiado el rostro, Carson examinó los huesos alrededor del ojo que Noir le había lastimado. Guillermo solo podía imaginarse lo bien que se veía después de la pelea de la noche anterior.

Carson suspiró. “Está bien, Guillermo, sé que no eres un meta morfo. Y por la gravedad de estas heridas y el hecho de que todavía estés vivo, consciente y tranquilo, en vez de estar gritando del dolor, voy a asumir que eres algún tipo de inmortal. Con esos ojos, no eres un Dark Hunter. ¿Entonces qué eres? ¿Un demonio? ¿Un vampiro?

Guillermo se atragantó con la palabra que tanto odiaba. “Semi‐dios.”

Carson intercambió una mirada indescifrable con Margery, una de la que Guillermo no estaba muy seguro, y luego preguntó, “¿Griego?”

“Egipcio.”

“Ah, ok, estoy un poco oxidado con tu panteón. No nos cruzamos demasiado con ustedes por aquí. Y enfrentémoslo, no puedo exactamente Googlear hechos reales de dioses antiguos. Así que espero que me ayudes un poco. ¿Sabés, de memoria, si puedo darte algo para el dolor?”

Esa pregunta lo confundió. “No entiendo.”

Margery le dio una afectuosa palmada en el hombro. “¿Sabés qué medicinas pueden aliviar tu dolor?”

El Guardián [Willyrex&Tú] *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora