Cuando cae la noche, las calles de Chía adquieren un color mágico. Una tonalidad a medio camino entre el naranja y el rojo alimentan su atmosfera mística. En tiempos antiguos se creía que ese punto exacto de la tierra era en el que mejor se podía observar la luna, por eso el pueblo antes de la colonia era un observatorio astronómico. Eruditos de diferentes tribus se reunían con el único propósito de estudiarla para descubrir sus misterios. Y aunque en estos tiempos de modernidad las luces de las calles opacan su belleza, todas las noches la luna deja en claro a los transeúntes por qué ésta es su ciudad. Acompañada de una procesión de astros se abre paso entre la oscuridad a través las montañas y desfilando al igual que una reina se presenta ante sus súbditos. Así, solemne y bella, observa a sus dominios desde lo alto del cielo, colándose por las rendijas de la noche.
Bajo su luz protectora una camioneta blindada espera a la entrada del convento. El ex procurador zapatea, ansioso, el suelo de su lujoso carro, añorando el momento en que salgan a su encuentro los hombres de Dios.
Aunque nunca se esperó que las cosas marcharan como lo estaban haciendo, Ortiz está más emocionado que nunca. En ese momento tiene la posibilidad de legitimar sus aspiraciones religiosas y políticas ante un mundo inmoral y decadente como el que se ha creado con el veneno modernista del siglo XXI.
Por lo que desea hablar ya mismo con los exorcistas y proponerles un trato. La espera lo carcome, pero debe mantener la compostura si quiere lograr algo.
Al fin los cielos se han abierto y han enviado a él un enemigo contra el cual luchar. Al hacerlo le han dado la forma de legitimar su militancia lefebvrista y con ella su necesidad de llegar a la cúpula del poder político colombiano con la intención de acabar con el estado laico.
Será un pueblo de Dios como siempre debió haber sido.
Para establecerse en el poder hay que crear un enemigo público.
No importa contra quien sea la guerra, lo importante es que haya una.
La religión judeocristiana se empoderó por medio de la persecución de las herejías, donde se aplastaron otras ideologías con el fin de controlarlas.
Si a esa institución le sirvió ¿por qué a él no?
Solo tendría que retomar los discursos olvidados hace algunos siglos para así poder monopolizar el poder político y religioso a partir del rechazo de lo que difiere de él. Ya no necesita a las FARC o a Venezuela para convencer al pueblo de que al estar en contra de ellos él es la mejor opción para votar en las urnas.
Ahora tiene algo mucho mejor: una bruja a quién culparía de los males vividos por los colombianos en el último tiempo, incluidas las inundaciones.
Será un espectáculo como jamás nadie ha visto, un acto pedagógico. Solo necesitaba de ese libro para poder empezar.
Un sacerdote golpea la ventana de carro.
Ortiz abre la puerta para dejar entrar a la anciana en silla de ruedas. Sus escoltas le ayudan.
Los otros dos exorcistas se quedan afuera.
Saluda a la anciana con un beso en la mejilla, como si se conocieran de toda la vida. Aunque ella se ve incomoda con el gesto, lo acepta.
―¿De qué se trata esto? ―pregunta la mujer.
Ortiz pide a Magda que le pase su celular y le muestra el video de lo ocurrido en la capilla.
Ferreti se estremece.
―Maleficium ―susurra.
Ortiz sonríe, está seguro que logró atrapar la atención de la mujer.
―Creemos que está relacionado con el libro que encontraron en la habitación de la chica del milagro ―explica―. El sacerdote que estaba dentro del confesionario nos comentó que la chica mencionó un libro de magia.
La anciana parece no estar convencida del todo, pero no deja de mirar la repetición del vídeo.
―Yo sé que usted se dedica a ayudar a esa gente. Déjeme investigar un poco más para poderla apoyar en su causa ―le devuelve el celular a su dueña―. Magda, ayude a bajar a la madre Ferreti y dele alguna forma de contactarse con nosotros.
Una vez la anciana está de nuevo en su silla de ruedas el hombre cierra la puerta de la camioneta.
―Juntemos fuerzas para no dejar que el demonio corrompa a nuestros jóvenes ―grita por la ventana antes de que el vehículo arranque.
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La danza del carnero [Tomo I: Grimorio]
ParanormalEn un pueblo que se cree de brujas está escondido un pequeño libro con el rostro de un carnero. Nadie sabe de dónde vino ni cuál es su historia, pero de lo que sí están seguros es que ese es uno de esos libros que no se deberían abrir jamás. ¿Qué su...