• Capítulo 4 •

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— Lo lamento. Me olvidé por completo que hoy tenía que entrenar.

— Ya — mueve su cabeza negando ligeramente —. Es la primera que llegas tarde, no te puedo decir nada.

— Gracias Jack — beso su mejilla.

— No hay de que, pero rápido, tenés que entrenar — camina hacia mi auto (galería)

— Mira lo que es esta belleza — comento pasando mi mano sobre su puerta.

— Me sorprende que lo puedas manejar.

— Práctica Jack, práctica — le grito yendo hacia los vestidores para ponerme mi ropa de entrenamiento.

(******)

Sentir la adrenalina y la emoción mientras manejo es increíble.

Paso la palanca de cambio a 4ta pisando el freno para así poder doblar y no llevarme la pared puesta o para evitar que el auto derrape.

Nuevamente paso el cambio a 5ta. Piso el acelerador y una sonrisa aparece en mi rostro al terminar de dar las 50 vueltas

Bajo del auto feliz, saltando ligeramente.

— Increíble, superarse tu récord. — Habla Jack una vez al lado mío.

Me saco el casco respirando hondo — Si, increíble. No pensé que lo podría hacer.

— Llevas mucho tiempo intentando superar tu récord, ya era hora de que lo hagas. — me empuja suavemente.

— Si, ya era hora. — miro mi casco — ¡He! ¡Jack! — voltea a verme — Piensa rápido — le lanzo el casco.

Río al ver como se tira al piso para evitar que se caiga el casco.

Levanto mi vista hacia los asientos y una pequeña sonrisa aparece al ver a Abraham sentado. Sus codos apoyados sobre sus piernas, sus manos entrelazadas y su cuerpo ligeramente inclinado hacia delante.

Un fuerte viento se hace presente, levantando algunos mechones rebeldes.

Camino hacia él.

Abraham al verme, se para y comienza a bajar las escaleras hasta llegar a mi.

— Increíble — agarra mi cintura —. Te envidio.

— ¿Por qué? — beso su mentón, abrazando su cintura pegándome a él.

— Extraño correr, prácticar, sentir la adrenalina, pero lamentablemente no puedo volver a correr.

— Yo....— “mierda, que estúpida soy por dios”  — Lo....lo lamento, amor. Soy una tonta.

Ríe negando con su cabeza — Descuida — besa mi frente y luego mis labios —. Te quiero.

— Y yo a vos — acaricio su nuca.

A lo lejos escuchamos un grito de....¿Felicidad?

Con Abraham nos miramos extrañados y nos dirigimos hacia los gritos, que por cierto, eran del estúpido de Jack.

— ¡Hey! — me acerco a él. Paro en seco al ver que está con el celular en la mano.

— Si,si — se gira al verme emocionado —. Claro que si, aceptamos está propuesta. Muchas gracias por esta gran oportunidad. Chau, que tenga buen día, señor.

— ¿Qué sucede? — nos acercamos a él. Abraham queda atrás mío, abrazándome. Sus manos se entrelazan en el medio de mi estómago.

— Tengo una noticia increíble — aplaude — I-N-C-R-E-Í-B-L-E — deletrea letra por letra.

— Y.....¿Cuál es?

— ¡Competiras en las internacionales!

— ¿¡QUÉ!?

No solamente grité yo, si no también Abraham.

“Mierda, ¿En qué me metiste Jack?”

𝙰𝚖𝚘𝚛 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚍𝚘𝚛𝚎𝚜 [A.M] {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora