CAPÍTULO II: TRABAJO TEMPORAL

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Había pasado aquel verano quemando los míseros ahorros que tenía. En realidad eran unos pesos de un trabajo que había hecho para un boliche. Nada que ver con seguros.
Sólo que unas chicas que trabajan por el bajo de San Isidro en “Katraz”, de alternadoras, Doris y Loli, estaban siendo asustadas por un viejo amigo, un loquito que las quería extorsionar. Parecía ser que el tipo tenía alma de cafiolo y se proponía vivir de ellas. No fue difícil pero tuve que esperarlo y convencerlo de que era más saludable para todos, especialmente para él, vivir y dejar vivir o sea irse calladito por donde vino y no aparecer más por el lugar.
La cosa fue así.
Bailaba con Loli cuando se apersonó el sospechoso. El barman con un guiño me puso sobre aviso. Lo dejé venir y cuando quiso encarar a la piba lo frené en seco. De inmediato sacó una navaja y me tiró un navajazo, apenas me rozó la oreja y me hizo sangrar. Me pasé la mano y al ver sangre perdí el control. Con mi metro ochenta y casi noventa kilos me le fui encima. Con la mano izquierda le desvié el segundo puntazo que quiso tirarme y con la derecha le dí en pleno rostro. Quedó atontado, le quité el arma, me lo cargué sobre mis hombros y salí a la parte de atrás del boliche. Lo tiré contra unos tachos y le di para que tenga. Quedó dormido. Le tiré agua y el tipo medio acobardado me miraba sin moverse. En realidad me estaba midiendo.
Durante la pelea, los chicos que bailaban fueron los testigos mudos que siguieron las acciones de cerca y se abrieron en círculo rodeándonos.
Me agacho y le hablo cara a cara -Si volvés por acá, vas a llorar por largo tiempo.
Con una mano lo tomo por los pelos y con la otra le aprieto las bolas. Le hablo nuevamente -Acá se acabaron los guapos, Doris y Loli son amigas mías y mis protegidas. ¿Entendiste?
Al no contestar le di un par de sopapos y lo hice reaccionar.
Apenas abre los ojos y con la boca manando sangre me pregunta.
-¿Qué sos yuta?
– Peor que eso, soy Pecthos Branka, yuta a la antigua y si seguís jodiendo, en cana no vas a ir, pero te va a costar caminar y te voy a poner los huevos de moño.
-Pero… ¡si son putas!, y de mi propiedad.
-Son amigas mías y las voy a defender.
Se quedó mirándome fijo.
Como les conté, primero se hizo el malo. No me dejé correr. Le di una piña, lo agarré del cogote bien fuerte y le oprimí la nuez de Adán y cuando estaba casi violeta lo cargué, saqué del lugar y luego lo arrojé contra unos tachos de basura, donde merece estar.
Me miraba y yo lo miraba esperando su reacción. Vio que iba en serio, noté que se asustaba.
Muerto de miedo se hizo el enamorado como último recurso.
–¡No!, ¡esperá! ¡pará!, si yo las quiero mucho, nunca les haría nada malo, fue en chiste.
– ¿A las dos querés?, ¿desde cuándo? Y además sos chistoso.
Se puso a lloriquear, – preguntales si no las defendí cuando me necesitaron, que soy un amigo- y me insistía en que las quería y estaba arrepentido.
– ¡Te juro que no sabía lo que hacía!
-Mirá que soy algo grandote para vos, si me estás mintiendo voy a volver y te vas a arrepentir de verdad.
-¡Te lo juro!, ¡te lo juro, por acá no vuelvo más!- repetía cagado en las patas.
-Ahora te conozco y te tengo fichado, así que se acabó la joda si te vuelvo a ver te reviento.
Igual, por las dudas, como saludo de despedida, lo agarre de los brazos, lo levanté a mi altura y le metí un rodillazo en las bolas que lo dobló como a un alambre de fardo.
Una vez firmado el laburo me fui.
Un grupo de jóvenes que parecían estudiantes, vieron todo y me aplaudían como a un héroe de un film de acción.
Las chicas, agradecidas, me llevaron adentro y me curaron el corte.
El dueño del boliche me pagó lo acordado.
Doris y Loli quisieron agasajarme –¡Nos sacaste a ese hijo de puta de encima!, ¿cómo podemos pagarte?
-Mirá Loli, ya se me va a ocurrir algo. Soy un profesional y vivo de esto- mi propia risa me cortó la palabra.
Las miré bien. ¡Están re fuerte! Débil es la carne, especialmente la mía aunque por esta noche es suficiente.
Saludé y me fui cantando bajito.

MUERTE EN LA ESCUELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora