Especial: Años después

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2 años y 3 meses despues.

Julián se encontraba durmiendo tranquilamente en una cabaña distinta a la que vive ya que estaba muy agotado luego de haber trabajado el día anterior, el encargado sugirió que se quedara ahí hasta el día siguiente.

¡Julián! – grito alguien que él conocía.

Déjame dormir un poco más maldición – reclamo el pelicastaño tapándose con las fresadas.

¡JULIÁN! – llamo ahora más fuerte, entrando en la habitación.

Ante esto, Julián levanto su torso de la cama, en la entrada aparecieron un par de ojos verdes, se veían molestos, pero a la vez divertidos.

¿Qué? ¿Qué paso? – pregunto Julián, mientras se frotaba los ojos.

No recuerdas... - dijo Ellie, impaciente – Ahí que prepararnos, recuerda que saldríamos al amanecer.

Julián alzo las cejas, intentando recordar. Ella estaba vestida con ropa de exploradora, pero sin su mochila ni armas. Entonces sonó la alarma de las 7:00 am, ante este ruido el pelicastaño se cayó cómicamente de la cama y se arrastró hasta Ellie.

La pelirroja solamente se reía ante esto, al ver esas carcajadas el chico se puso de pie.

Bien déjame recuperarme – dijo el, mientras se estiraba.

Te esperare en la puerta de entrada – aseguro Ellie, dejando la habitación.

Tras ese tiempo de más de 2 años, en la comunidad de Tommy y su esposa María, nuestros protagonistas habían cambiado. Joel seguía siendo el mismo; su cabello tenia más canas y la barba también, pero seguía teniendo la misma actitud.

Julián de ahora 18 años, creció unos centímetros y con los trabajos de la comunidad de Tommy tenia más fuerza que antes, seguía manteniendo su pelo largo y con una leve barba que él se aseguraba de que no creciera tanto.

Ellie fue la que más cambio, que ahora tenía 17 años, estaba más alta y delgada, su cuerpo era más curvilíneo, sus piernas eran más largas, bien formadas gracias al trabajo también, sus hombros, tenían formas suaves, bastante femeninas, sus pechos habían crecido, no en exceso, pero lo suficientemente atractivos para su pareja. Su rostro también había perdido algo de la redondez afilándose un poco para perfilar rasgos algo delicados, haciéndola más bella, su cabello lo había recortado, por otra parte sus ojos eran lo único que mantenía.

¿Estás listo? – pregunto Ellie, impaciente, viendo a su pareja bajando las escaleras con un simple short y el torso desnudo.

Siempre lo estoy – aseguro el, bajando la escalera – Déjame bañarme y nos iremos

¿Bañarte? Pero si te espanta meterte al agua – dijo Ellie cruzándose de brazos.

El agua del exterior siempre esta helada – refuto cómicamente el pelicastaño – En cambio aquí hay agua caliente, sin embargo, en esta época del año no me molesta meterme al agua para tu información.

Pues entonces ve, no quiero que Joel me regañe por culpa tuya – bromeó la pelirroja, mientras miraba el torso de su amigo.

Claro señora y deja de babear – dijo sarcásticamente Julián, mientras iban a la cabaña que compartían con Joel.

Ellie se hizo a un lado, colocándose junto a su pareja. La mayoría de la gente aún seguía en sus cabañas durmiendo, salvo los que hacían turno en el puesto de vigilancia, Julián le ofreció su mano a Ellie y anduvieron así hasta llegar a la cabaña en la que vivían, aquellos momentos eran de los pocos que podían pasar como pareja ya que gran parte del día se la pasaban trabajando, en busca de provisiones u otros trabajos, aunque ya han tenido sus noches locas anteriormente.

Una historia del The Last of UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora