15. Rompiendo Lazos

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Ochako caminaba de regreso a casa muy pensativa, recordando lo de hace un momento.

Ochako caminaba de regreso a casa muy pensativa, recordando lo de hace un momento

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"Estas... Enamorada de Izuku"

Un desequilibrio, un palpitar, solo fue un momento y todo se puso tan hostigante. Me dió miedo ¿Que debo decir? ¿Que es correcto ahora mismo? ¿La verdad y el fin de nuestra amistad? O ¿La mentira y la tortura psicológica que me depara el futuro?

"¡Rápido! ¡Di algo!" Me impulse para salir del trance.

-Yo...- Comencé y supe que no debía decir nada más. Por que ya nada había para aclarar y solo tuve que decir una palabra. No, ni siquiera una palabra tenía que decir en realidad. Ella ya lo sabía.

-Lo sé, y no tienes que negarlo. Kero-

-Lo siento, Tsu-chan.-

-Asui, para tí. Kero- se dió la media vuelta y lentamente su silueta desapareció, sin despedirse, quedándome mirándola como una tonta.

Mi pecho dolía, se partió en dos, pude sentirlo así, pero incluso así, sentir que mis sentimientos por Deku arrebataron a Tsuyu-chan de mi lado, no pude evitar sentir que me quemaba por dentro ¿Irá? No sé, ¿Tristeza? Tampoco sé. Solo quería que mis lágrimas se detuvieran para no verme débil, débil ante una vacía y oscura calle, débil ante mí y mi soledad. Ya no tengo fuerzas.

Ahora finalmente estaba en casa, exhausta por el agotamiento emocional y físico, de alguna forma la caminata no fue de mucha ayuda, quizás temprano en la mañana daría una ella sola para relajarse

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Ahora finalmente estaba en casa, exhausta por el agotamiento emocional y físico, de alguna forma la caminata no fue de mucha ayuda, quizás temprano en la mañana daría una ella sola para relajarse.

Miro a su alrededor antes de ducharse. Divisó una botella de licor que guardaba para algún caso especial y se dijo a si misma: "¿Por que no?" Y se la llevó consigo al baño.
Llenó la bañera y empezó a beber de la botella, el dulce contenido sabor a chocolate fue bajando lento. La cansada chica se desprendió de la misma y soltó sin pudor un alarido poco femenino, le picaba la garganta pero eso ¿Importaba ahora mismo? ¡Para nada! Su vida social se iba lentamente por la borda y ella solo podía observar, y llorar. ¿Era lo único que hacía? Llorar, hacer berrinche y joder a los demás.

No era yo mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora