No era yo mismo

Especial #6: ¡Feliz Navidad!

¡Hola chicos! ¡Feliz navidad y año nuevo mis niños!🎅🤶🎁
Les vengo a traer un especial, espero que lo disfruten ❤️
No es muy larga pero al menos le quise poner algo de humor. (No soy buena con las rimas pero lo intenté [Una mini parodia a el Grinch pero digamos que no tuve mucho tiempo de poder hacerlo y por eso quedó tan tosco, disculpen] Play a la música maestro \(°^°)/)
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En los rincones de cada esquina, se veía la neblina, en esta época nevada todos estaban con muchas ganas, la emoción decoraba el lugar y las caras de felicidad, risas por todas partes eran memoradas, con amigos de confianza, como siempre una fecha deslumbrante para todos sus habitantes.
Era sabido que en la villa de los "Quien" todos comprometidos eran también, las guirnaldas y las manzanas tan brillantes que dejaban el lugar alucinante, en todas las casas dichas de alegría, se compartía en familia. Sin embargo a lo alto de una montaña desolada, se encontraba una cueva habitada, donde una familia ahí era identificada.

Los Bakugou eran conocidos como unos raritos, pues Mistuki era la madre y algo intimidante mientras Masaru era calmado y muy sofisticado (?) Ambos no tenían malas intenciones, solo tenían ambiciones, por desgracia su único hijo, quien gozaba de prestigios, era un amargado sin juicio. Esa noche era especial pero sus padres no se podían quedar:

-Lo lamento hijo mío, pero esta noche debemos ir a lo de tu tío.- le informó con suavidad su buen papá.

-Tu abuelo está enfermo y debemos atenderlo, no quiero que lo veas en ese estado pues quedarías traumatizado.- se cruzó de brazos firme ,su madre al decirle.

-No es como si me sorprendiera, no soy una quinceañera ¡Soy un adulto y exijo verlo sin preludio!- Gritó la bestia con su rubia cabellera.

-¡No es como siempre te advierto que te dolerá el verle!- inició la discusión la madre del bravío.

-No quisiéramos dejarte aquí solito ¿Por qué no llamamos a Himiko?- inquirió su padre con gran interrogante.

-¡Ni en sueños!- exaltó con desespero.

-Bien, ten cuidado con los desconocidos.-

-Yo temería por los heridos.- comentó referiéndose a los bandidos.

Su marcha emprendieron, dejando a Katsuki con su perro.

-¡Soy Kirishima! ¡Soy tu perro y hablo con rimas!-

-El perro debería llamarse Max ¿Que haces tú acá?- frunció su seño colérico por lo dicho sin revuelo.

-Ya no seas amargado ¿Quieres que te deje vomitado?-

-Perro asqueroso, no estamos ni a la mitad y tu cagandote estás.-

Al mirar por la ventana, se veía a todos festejar, olvidándose estaban de su presencia en ese lugar, con una sonrisa de oreja a oreja una maldad quería cometer para dejarlos a todos sin regalos a obtener. Con la correa en mano y con su perro arrastrando, bajó la montaña que los separaba.

-¡Cuanta basura brillante! ¡Me está dejando sin ganas de pasearte!- gruñó diciéndole a su acompañante mientras por la villa era visitante.

Los niños jugaban con la nieve, haciendo muñecos y tomando refresco, muy abrigados estaban, por el clima que helaba, de pronto visualizo a un grupo de personas que eran sus muy buenos compas.

-¡Miren quien es!- Alarmó aquel men.

-Mineta no grites, que tú no apareces en el chiste.- terminó su frase su amigo con risa salvaje.

-¡Kacchan!- clamó su compañero de infancia.

-Que desagradable tener que verte, intento de Naruto verde.-