Daegu en definitiva era una pequeña cosita comparada con la gran Seúl.
La familia Kim, veía las luces que adornaban la noche por el parabrisas. SooJin -madre de esa pequeña familia- miraba encantada el portal de la residencia donde vivirían.
Estacionó el coche en el porche, saliendo un poco rápido para atender el camión de mudanza que traía lo restante. Agradecida con los mensajeros se despidió pidiendo que conducirán con cuidado, ya que, la oscuridad a las 3:30 de la madrugada no era de fiar.
Los hijos de la señora Kim salieron del coche un poco desinhibidos por el viaje. El chico de castaño caoba troto hasta las pertenencias que habían dejado los mensajeros entrando con rapidez al hogar, mientras que un delgado castaño miel tomaba cobijas y almohadas que traían dentro del carro, ya que su condición no le dejaba hacer tanto esfuerzo.
Media hora después los Kim habían terminado de instalarse en la madrugada luego de decidir sus habitaciones.
El castaño mayor en la planta de abajo, mientras que la señora Kim y el castañito menor en la plata de arriba, donde el ultimo nombrado tomaba la habitación que tenía un pequeño balcón y vista a la ventana del que sería su vecino de al lado.
Apagaron luces, así quedando la familia tomar un conciliatorio sueño.
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- ¡Jeon JungKook! ¡Levantate ahora mismo! - Exclamaba una mujer de cabellos negro azulados, mientras tomaba tarea de abrir las cortinas y jalar las sabanas que cubrían el cuerpo de su hijo.
- ¡ahh! Mamá, es sábado, ¡dejame dormir!
- Cual dormir, ¡levantate y date una ducha! ¡Conoceremos a los vecinos! - Habló entusiasmada, revelando así en sus ojos un brillo que al pobre JungKook le daba mala espina.
Este, se levantó diciendo groserías por lo bajo. Se acercó a la puerta del sanitario rascando su cabeza.
- Ni se te ocurra buscar tu maldita lista de los cojones, que estoy harto de eso. - Susurró - Entiende que ya no quiero a mas chicas a mi alrededor.
-¡Te estoy escuchando irrespetuoso!
- Ya ya, lo siento... - Rascó su cabeza con fuerza rezando a Dios por que su madre no intente buscar una chica más.
Estaba harto de ellas.
Cuándo salió del sanitario se topó a su adormilado primo, suponía que también al pobre lo levantaron temprano.
- Hey, Nam, buenos días. - Sonrió bajando las escaleras acompañado de este.
- Uhmm, nada de buenos Kook, mi cabeza da vueltas. Tu madre me tiró al suelo. - Acusó sobando su cabeza.
Jungkook rió - Me imagino.
Llegando al living encontraron a la señora Jeon leyendo un libro de cocina.
- Chicos, tuvieron suerte, no podremos ir a saludar a los vecinos. - Namjoon y Jungkook sonrieron. - Así que me tomé el valor para invitarlos a cenar hoy.
