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La ventisca fresca golpeaba sus mejillas y sus brazos ligeramente, el frío en su nuca le hizo querer removerse mas no pudo hacerlo al sentir un par de brazos alrededor de su torso, aferrándose a el como si de un oso de peluche se tratara.
No queriendo despertar, levantó un brazo para verificar si no era un extraño sueño. Tocó las extremidades con delicadeza, sintiendo los pequeños vellos que cubrían el brazo y como la piel se erizaba bajo su toque, también un casi inaudible suspiro.
Extrañado, abrió los ojos con pereza topándose con una tierna imagen, Taehyung se aferraba con fuerza a su torso y piernas dormido, sonrió despabilado, sintiendo su corazón martillear en su caja torácica.
Cerró los ojos ante la calidez que le dio la imagen, pero volvió a abrirlos solo para admirar al castaño, desde su cabello enredado, labios rojiblancos, nariz puntiaguda, hasta llegar a esas bolsas oscuras bajo sus párpados y pálida piel.
Tan, tan bonito.
Escuchó dos toques suaves en su puerta. — Jungkookie, hijo, despiértense ya, en dos horas salgo y no quiero dejarlos dormidos y sin desayunar, arriba. — Murmuró su madre lo mas suave posible.
Hizo el amago de moverse, pero se dió cuenta de algo. Dime que no estoy soñando... Pensó ensanchando los ojos sorprendido cuando escuchó a la Jeon mayor hablar tan delicado. ¡Madre mía! Ni en sus primeros recuerdos de vida hubo escuchado alguna vez a su mamá hablar tan bonito. ¡Ja!
Eso significa que hoy será un buen día.
Pasando una mano por su rostro, su mirada no evitó recorrer toda la figura de la persona que se aferraba a el inconscientemente, tan bonito y etéreo. Tan brillante ¿Había dicho bonito?
En su vida había visto que una persona brillara tanto, en ocasiones, como ayer en la cafetería — antes de que Lisa y Jisoo interrumpieran — veía que Taehyung iluminaba cada rincón en el que estuviera su persona. Y lo sabía, Jungkook sabía porque Tae solo era el único en brillar en toda esa gente gris y azul. El sabía porque su corazón se agitaba fuertemente, y sabía la razón de porque trató de besarlo ayer.
Saliendo del trance en el que imaginaba cómo se sentiría besar al castaño, tragó saliva fuertemente cuando vio más abajo de sus estómagos, sintiendo los estragos de las hormonas adolescentes subirle el lívido.
Una de las piernas de Taehyung estaba en medio de las suyas. Jungkook desasearía que fuera sólo entrelazada, pero estaba maldita mente acorralado por una rodilla haciendo presión en su cosito.
Trató de retirarse, pero al momento de hacerlo, la presión fue más fuerte, no pudiendo evitar, soltó un gemido. Cerró lo ojos fuertemente, rezando al de arriba por ayuda.
