Capítulo 8.

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Llegamos a Warner Music Spain, me quedé un poco.... TRAMBÓLICA. En fin, este es mi sueño imposible, tengo pánico escénico así que... Nothing. Bueno, entramos y me quedé sin habla. Las paredes blancas y lisas, las personas trabajando en sus mesas... Y yo aquí, sin hacer nada. Já, envidiadme. La gente me miraba, entonces hice lo que creo que debí hacer desde el principio... ¡Les saqué la lengua a todos! Entonces, pusieron caras de impacto total y me empecé a reír yo sola. Las chicas, un poco asustadas de lo que acababa de pasar, me echaron la bronca y dijeron que me portara bien. Fuimos a una sala de esas de grabaciones y yo estaba muy emocionada, me sentía como si un niño va a Disneyland París y le regalan su videojuego favorito a la misma vez.

Después de hacer el bobo allí, miraron el móvil y dijeron que me quedara aquí, que ahora vendrían. Yo, con cara de niña buena juré que no haría nada malo. Al salir, sonreí. Salí y puse una versión en karaoke de la canción “Vuelvo a ser la rara” de las chicas. Comencé a cantar y luego, de la nada, apareció la canción “Make my day” de los chicos, y comencé a cantarla (sí, ya escuché su música, y son realmente buenos, os recomiendo escuchar alguna canción) Me motivé y empezó a sonar un guitarra con otra canción. Vale, esa canción no tengo idea de cual es, de repente en lo auriculares se escucha un pitido insoportable. Me los quité de golpe dejándolos en su sitio bien puesto. Empecé a escuchar una voz pidiendo ayuda, ahí fue cuando me acurruqué en una esquina. Estaba demasiado asustada.

Llorando y suplicando que parara, todo acabó cuando la puerta se abrió de golpe y aparecieron las chicas con los chicos atrás. Los miré y salí corriendo con los chicos atrás gritando mi nombre.

Llegué a un puente y me subí a la “barandilla” quedando sentada en ella. Alguien me cogió por atrás asustándome, pero ya me había puesto en la acera.

David: ¡Estás loca!

Yo: Lo que sé, es que no estoy sorda como para que me chilles.

David: ¡¿Cómo quieres que no te grite si estabas ahí?! ¡Te podrías haber caído y matado!

Yo: Pero no he tenido esa suerte.

David: No se como puedes decir eso.

Yo: Pues con la boca.

Me miró y parecía herido, ¡venga ya si no le he hecho nada! Corrí a su lado, le cogí del brazo y lo giré con mi superfuerza (mentira, creo que se giró porque quiso, yo tengo fuerza pedo)

Yo: ¿Te has enfadado?

David: ¿Tú que crees?

Yo: Pero ¿por qué?

David: ¿Crees que me hace gracia escuchar que te querías tirar por el puente?

Yo: Pero no lo he hecho, no lo iba a hacer de todos modos. No te enfades pastelito... -me miró herido- Por favor...

Le fui dando besos por todos lados (no mal penséis)

Vuelvo a ser la rara #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora