En el anterior capítulo solo tuve un comentario. Comentad por favor, que me hace iluuu jo... Además, así me motivo y escribo más. Bueno, os dejo otra capítulo, espero que os guste. Os loveo.
La pared tomó un color rojizo, formando letras que decían “AYUDA” Miré al chico nuevamente, quién me miró y desapareció junto a las letras formadas en sangre anteriormente. Tenía que hablar con Blas, estoy muy asustada, espero que no me haga daño.
Carlos apareció y me miró preocupado.
Carlos: Hey, ¿qué te pasa? Parece que has visto un fantasma.
Me limité a abrazarlo lo más fuerte que pude, escondí mi cabeza en su cuello, realmente estaba asustada de lo que podría pasar. Él me abrazaba fuerte y extrañamente me sentía protegida en sus brazos. Bajamos y los chicos seguían dormidos, por lo que me dediqué a despertarlos poniendo música a tope por toda la casa mientras hacía el desayuno. Hoy no tenía ganas de nada, y todo por aquel chico, no paraba de pensar en lo que puso en la pared.... ¿En qué quería que lo ayudara?
Desayunamos entre risas, aunque las mías más bien eran falsas, de vez en cuando hacía un comentario típico en mi para no preocuparlos, aunque creo que ya sospechan algo. Fui al jardín, me apetecía estar sola, pensar en mis cosas. Tal vez debía llamar a mi madre, hace tiempo que no hablo con ella. Cogí el móvil y me dispuse a llamarla.
Conversación telefónica
X: ¿Sí?
Yo: ¿Francisco Antonio?
F.A: ¿Tata?
Yo: ¿¡Cómo estás guapo!? Te echo de menos.
F.A: Yo a ti también tata... ¿Cuándo vendrás? No quiero que estés allí, te echo de menos.
Yo: Mira cariño, le preguntaré a Sonia si puedes venirte una semana ¿vale? Y nos vamos a la Warner. ¿Quieres?
F.A: Síiiiiii.
Yo: Bueno voy a preguntarle ¿vale?-dije conteniendo las lágrimas, lo hecho de menos.
F.A: Vale, tata. No te olvides de mí-dijo llorando-Quiero que vuelvas y todo sea como antes.
Yo: Intentaré ir para estar las vacaciones allí. Te quiero guapo.
F.A: Y yo a tí tata.
Fin conversación telefónica
Empecé a llorar. Sentada en el césped, junte mis rodillas en el pecho y me abracé a ellas. No podía estar lejos de mi hermano, y más sabiendo todo lo que pasa allí. Mis padres son muy estrictos, si algo no sale como ellos quieren te castigan. Yo aprendí a vivir así, hasta ahora que por fin me pude venir, pero siento que traiciono a mi hermano.
Noté que alguien se sentaba al lado mía y me abrazaba, era Sonia. La abracé muy fuerte, ella era como mi hermana, sabía el ambiente de mi casa, sabía lo que me dolía dejar a mi hermano allí.
Yo: He hablado con mi hermano-dije tranquilizándome- ¿puede venirse una semana? No molestará, estaremos fuera y no notarás que está. Por favor.
Sonia: Sabes de sobra que si, que es como un hermano para mí. Que se quede el tiempo que quieras.
La abracé repitiendo la palabra “Gracias” unas... Siete mil cincuenta y ocho veces (que auryner me ha quedado eeh)
Entramos y se me quedaron mirando, Rocío y Alba vinieron corriendo a abrazarme, son puro amor. Me preguntaron mil novecientas veces (otra vez cosa auryner, creo que al final me acabaré haciendo “rusa” y todo XD) que si estaba bien, les dije lo de mi hermano y ellas dijeron que sí, es más, creo que estaban emocionadas y todo. Mi hermano tenía seis añitos y claro, sería el peque mimado por nosotras. Los chicos se fueron al estudio, diciendo que ya llamarían o algo, creo que ellos viven aquí porque pasan más tiempo aquí que en sus casas, pero bueno, a mi no me molestan en absoluto.
Las chicas y yo salimos a dar una vuelta, antes me vestí y me peiné, fuimos al centro y algunas fans las paraban. No eran tan conocidas como los chicos pero sí que tenían un gran número de fans, o sweeties, como ellas nos llaman.
Fuimos al Foster's Hollywood, la comida estaba ríquisima. Vimos a un camarero, que también nos atendió, que no paraba de mirarme. Yo claramente, lo miraba, estaba como una tortilla (expresión rara, pero me encanta la tortilla, sobre todo la de patatas. Sigamos) Era rubio de ojos marrones, miré a las chicas y se empezaron a reír.
Alba: ¿Está bueno?
Yo: Sí, me encantan-en realidad estaban riquísimas las patatas.
Rocío: Te hablamos del camarero, te gusta ¿no?
Yo: No lo conozco.
Sonia: Pero quieres.
Yo: Quizás.
Rocío: Miralo, está mirándote.
Alba: Anda que no, te come con la mirada.
Yo: Mentira, es a vosotras.
Se acercó y nos dio unos vasos con bebidas que claramente no pedimos, dijo que invitaba la casa y nos guiñó un ojo.
Nos fuimos de allí al acabar, vi el chico de esta mañana, el que se desangraba. Estaba igual y estaba en medio de la carretera. Vi que un coche iba a toda velocidad y se lo llevaba por delante, grité y me tapé los ojos. Las chicas me miraban interrogándome, miré de nuevo y el chico desapareció. Debo de hablar con alguien de esto, pero ¿con quién? No quiero que Blas se canse de mí y diga que soy una pesada o algo por eso, entonces lo mejor es estarme callada y guardármelo todo para mí.
Alba: ¿Qué pasa Isa?
Yo: Nada chicas, vamos.
Sonia: Tenemos que ir al estudio-dijo mirando a su teléfono mientras fruncía el ceño.
Yo: Vale, voy para casa.
Rocío: No, tú te vienes al estudio.
Alba: ¡Eso, te lo tenemos que enseñar!
Sonia: Si, es genial. Además, así podemos divertirnos las cuatro en las sala de grabación.
Yo: No se si es buena idea chicas...
Sonia: ¿Dónde está esa chica que hacía cualquier cosa sin pensar en si está bien o no?
Yo: Vale, iré.
Llamamos a un taxi y fuimos al estudio.
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Vuelvo a ser la rara #Wattys2015
Novela JuvenilLa protagonista de esta historia se llama Isabel. Una chica de 17 años para 18, que tiene como sueño ser cantante, pero tiene un problema, tiene miedo escénico. Es de un pueblo de Sevilla, no muy lejos de la capital. Alta de pelo moreno y alguna que...