2.- Pelearemos Juntos.

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*Jimin*

Meses después.

Voy caminando al gimnasio de la escuela mientras reviso un libro de Reflexión Artística, en pocas semanas tengo un examen que me dará los créditos suficientes para aprobar la mitad de mi carrera, es emocionante saber que pronto terminaré de estudiar Diseño Gráfico y me lanzaré al mundo empresarial como un diseñador profesional. Amo mi carrera, creo que no pude hacer una mejor elección, la forma en como plasmas tus ideas en creativos dibujos o ayudas a las grandes organizaciones a crear su publicidad, es emocionante, un camino realmente prometedor.

Entro a las casilleros para los atletas del instituto y dejo mis cosas dentro de uno, tomo mis guantes de boxeo, guardo mi celular en uno de los bolsillos de mi pantalón y colocándome los audífonos, me dirijo a los sacos colgados a pocos metros. Ajusto los guantes a mis muñecas y empiezo a golpear el cuero negro dejándome llevar por la voz de Justin Timberlake. Debo ponerme en forma para recuperar un poco de masa muscular que perdí con todo el asunto de las quimioterapias, en total bajé 12 kilos sin hacer esfuerzo alguno en sólo un año, correr supone un gasto mayor de energía por lo cual me veo obligado a empezar con un entrenamiento básico que fortalezca mis músculos. Me siento tan bien al hacer un poco de ejercicio, lo extrañaba demasiado, la forma en como mi sistema me pide oxígeno cada vez que doy un golpe, es la gloria pura. Amo esto. Amo poder recuperar mi vida.

Amo saber que pude vencer al cáncer.

*JungKook*

Una sonrisa sale de mis labios al ver a Jimin golpear el saco de box, no se ha percatado de mi presencia y prefiero dejarlo así, no me gustaría interrumpirlo luego de tantos meses en los que se mantuvo desaparecido del gimnasio. Parece que ha perdido peso pero si sigue entrenando como ahora, lo recuperará en menos de lo que espera.

Mi cabeza a empezado a especular el por qué, en aquella ocasión, entró al área de cancerología, no creo que ese chico lindo y poco interactivo tenga alguna enfermedad de este tipo, además si le sumamos que sus padres son reconocidos por ser grandes contratantes y personas de negocios, no permitirían que su hijo estuviera en tales condiciones. Le dan la luna y las estrellas sin pedir pruebas de por medio o bueno, eso es lo que dicen en los pasillos de la escuela.

Pasa alrededor de una hora hasta que veo al tierno Park Jimin marcharse leyendo un libro.

Nota mental: Debo hablarle de una vez por todas en lugar de quedarme sentado viéndolo como idiota.

Días después.

Escucho como alguien vomita en uno de los cúbiculos del baño, hace unos momentos estaba espiando a Jimin pero desapareció improvisadamente y, para cubrir mis necesidades básicas, decidí pasar al sanitario. Tal vez aparezca después, a lo mejor fue por una botella de agua o una toallita para secar su sudor. Todo puede pasar. Oigo el pestillo de la puerta soltarse y el típico rechinido de ser abierta.

-Demonios- susurran tras de mi. Volteo al espejo para saber de quien se trata y me quedo en shock al notar que Park sale con unas terribles ojeras alrededor de sus ojos, tiene pecas rojas por todos sus pómulos, sus manos poseen pequeños hemotomas morados y de la nada comienza a sangrar por su nariz. Intenta dar un paso y se resbala, logro atraparlo en el aire y ambos caemos al piso.

-¡Jimin!- grito cuando sus ojos empiezan a cerrarse, lo zarandeo un poco.

-Llévame al hospital- susurra antes de quedar inconsciente.

Mi corazón se para al ver al chico del cual estoy enamorado desde que tengo uso de razón, inconsciente y sangrando.

✏✏✏✏✏

Tres horas llevaba JungKook sentando en la sala de espera, nadie había ido a informarle sobre el estado médico de Jimin, incluso los paramédicos tomaron su nombre cuando iban en la ambulancia, ni con ese mínimo dato se atrevieron a buscarle. En el camino al hospital, se sorprendió al ver el torso del peligris lleno de moretones, aquellos enfermeros tuvieron que cortar su playera para ver si tenía alguna herida grave, no encontraron nada, solo montones de galaxias sobre la piel páplida, le colocaron una máscara de oxígeno, revisaban sus signos vitales cada dos por tres esperando no muriera en el trayecto.

Alzó su vista y logró ver a un doctor alto, de cabello negro, con anteojos y un semblante serio. En su bata resaltaba el apellido "Campbell". Era él.

-¿Sabe algo de Park Jimin? Vine con mi amigo en la ambulancia hace unas horas. Me gustaría saber si se encuentra mejor- puso la mejor cara de cachorro esperando respuesta.

-¿Amigo de Park? Imposible, Jimin no tiene amigos- dijo checando unos papeles en la barra de recepción.

-Por favor... Estudiamos en la misma escuela, incluso compartimos salón, es mi compañero- trató de sonar convincente- Me preocupa-

El doctor Campbell hizo una mueca pero dio un asentimiento de cabeza, le indicó con su mano le siguiera por un enorme pasillo blanco lleno de cuartos con placas en color dorado que mostraban el número de habitación, se detuvieron en la 201, entraron y se toparon con un chico peligris mirando por la ventana la intensa lluvia que se desataba fuera. El médico particular de Park traía una radiografía y un folder azul marino con el expediente del mismo. Se acercó cauteloso a su paciente.

-Me temo que...- empezó a hablar pero fue abruptamente interrumpido.

-Volvió ¿Verdad?- dijo seguro- Eso explicaría porque bajé de peso en dos semanas, el terrible cansancio y los vómitos después del ejercicio- dijo sin mirar al dúo frente a su camilla.

-Seguimos teniendo alternativas viables- comentó mirando el expediente.

-¿Más quimio? ¿Funcionará esta vez?- alzó un ceja sin tener esperanzas- Estoy harto de ajugas, de intravenosas, de radiografías, de todo esto-

-Piénsalo, Jimin. Eres un chico fuerte, tienes mucho que vivir por delante, imagínate cuanto afectará tu muerte a tus padres...- lo volvió a interrumpir.

-No les importo. Lo pensaré, doctor Campbell, quiero descansar- suspiró cerrando sus ojos.

JungKook le dio una mirada rápida al médico preguntándole sin hablar si podía quedarse, asintió sabiendo que un poco de compañía no le haría nada mal a su paciente. Salió de ahí dejándolos solos. El castaño metió sus manos en la chaqueta que llevaba, no sabía que hacía ahí, no sabía que decir o hacer. No sabía nada de su chico.

-Estoy harto- susurró dejando caer varias lágrimas por su rostro, un quejido salió de su garganta, se cubrió los ojos con sus manos y apretó en el proceso. En verdad estaba harto.

Con pasos decididos, Jeon caminó hacia la camilla y sin pensarlo dos veces, abrazó a Jimin, empujó su cabeza pegándolo a su pecho y acaricio en tranquilizantes gestos. Recargó su mejilla en la mata de cabellos grises y con una voz suave, dijo.

-No estás solo, Jimin. Enfrentaremos esta batalla juntos- afianzó su agarre proporcionándole confianza, Park rodeó el cuerpo ajeno y lo apachurró dándole a entender que no quería que se despegara de él.

Puede que no lo conociera pero le daba algo que nadie le había dado en 4 años.

Le estaba dando tranquilidad a su agitado y cansado corazón.

Por fin sentía que tenía alguien en quien recargarse.

Y lo agradecía infinitamente.

His Last Smile *KookMin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora