Camino de un lado a otro del servicio, pasándome la mano por el pelo, nerviosa e impaciente por conocer el veredicto final. Mi cabeza está hecha un caos, mientras mi corazón brinca de alegría, entusiasmándose ante la imposible idea de crear una nueva vida. En cuanto a mi actitud respecta, no sé qué esperar o qué se supone que debería sentir. Para mí es frustrante llegar a creer que algo que no debería suceder podría estar volviéndose una realidad.
Observo el reloj de mi muñeca, descubriendo que el tiempo transcurrido ha pasado, trago saliva con dificultad debido al nudo que vive en mi garganta y camino hacia el lavabo, donde hay un test de embarazado con la parte superior rosada, con una pequeña pantallita en la que se puede deducir el resultado gracias a las indicaciones que traía consigo la caja.
Tomo el pequeño predictor entre mis manos y no puedo evitar sentir como mi corazón da un vuelco al leer que estoy embarazada de una a dos semanas aproximadamente. Retrocedo hasta quedar sentada sobre el retrete, con las manos suspendidas en el vacío, el cuerpo inclinado ligeramente hacia adelante y la mirada perdida en la pantallita acompañada de una carita feliz que anuncia que estoy en cinta.
No puede ser posible. Esto no puede estar ocurriendo. Los vampiros no pueden procrear, es una de las maldiciones de su naturaleza como seres de la noche. Si fuese posible la procreación, habría familias y familias de vampiros repartidas por todo el mundo. Así que no, me niego a creer que estoy embarazada de John Spinnet, porque es técnicamente imposible. Quizás sea defectuoso el predictor y esté enmascarando la verdad, como si de una broma se tratarse. Sí, lo más probable es que se trate de un error. Lo mejor será que vuelva a la farmacia e intente conseguir otro para asegurarme.
Envuelvo el test de embarazo en papel higienico y a continuación lo tiro a la papelera. Antes de abandonar el cuarto de baño le dedico una última mirada a la chica que me observa e imita a través del cristal, quien tiene los ojos anegados en lágrimas y una expresión desconcertada. Como si de un acto reflejo se tratase, levanto un poco mi camiseta blanca, dejando a la vista mi vientre, y coloco una de mis manos sobre él, como si ello fuera a ser suficiente para descubrir si una nueva vida está creciendo en mi interior.
Puedo sentir un fuerte calambre en el vientre bajo que me lleva a soltar un gruñido a modo de protesta. Rápidamente bajo mi camiseta y salgo del servicio con el miedo reflejado en mis ojos. Salvo la distancia que me separa de la puerta que conduce hacia el exterior y salgo por ella, desembocando en una zona próxima a un río. Algunos miembros de mi aquelarre están ensimismados reconstruyendo algunas estructuras, así como protegiendo aquellas que han sido dañadas para evitar que se derrumben en breve, para poder conseguir devolver la paz a este lugar.
-Buenos días- me saluda Jamie, un brujo, quien está valiéndose de un martillo para introducir u clavo en un fragmento de madera-. ¿Qué tal estás?
-Bien- miento. Lo mejor será que continúe guardando el secreto hasta que descubra qué está ocurriendo-. Todo está bien.
-Me alegra oírte decir eso.
Le dedico una sonrisa a cambio.
-¿Mucho trabajo por hacer?
-Hace pocos hemos terminado de reconstruir una casa. Ahora estamos construyendo nuevamente el tableado de madera. La subida del agua arrasó con todo cuanto había a orillas del río.
-Deberíamos probar a crear un embalse- propongo, colocándo una mano en mi cintura-. Podría garantizar nuestra supervivencia.
-Sí, tienes razón. Ha habido muchas bajas. Estamos todos desamparados.
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The Creatures; Origins (1)
FantasyLa aparición de un criptex de forma inesperada devuelve la incertidumbre a la vida de la familia Spinnet, quien lucha contra todo pronóstico por mantener a salvo a todos sus miembros. Una ligera pista les lleva a sospechar acerca de quién puede ser...