Capítulo 16

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-Quiero que le des un mensaje de mi parte- le imploro a un repartidor de periódico-. Dile que se reúna conmigo en la taberna Arlington dentro de dos horas. Y hazle saber que es importante. ¿Te ha quedado claro o tengo que volver a repetírtelo?

-Lo he entendido- dice, totalmente hipnotizado por mi mirada, sin juicio-. Le pediré que se reúna contigo en la taberna Arlington.

-Comenzamos a entendernos, Josh- añado, leyendo su nombre en una placa en su camiseta azul, y le doy una palmadita en el hombro-. Cuando lo hagas, olvídate de todo este asunto y vuelve a tu vida mortalmente aburrida, en la que continúas siendo un fracasado repartidor de periódicos.

Asiente una sola vez y se marcha.

-¿Era alguien importante, hermano?

-Sólo otro vendedor de libros- miento, cerrando la puerta a mis espaldas-. No te preocupes, me he ocupado personalmente de ser la décima persona que le cierre la puerta en las narices.

-Siempre tan sutil- ironiza, caminando en dirección a la cocina para servirse un cafe-. ¿Tienes pensado salir?

-Hay un pobre corderito que espera a que le salve de ser degollado. Así que hoy ya tengo hecho el día- fuerzo una sonrisa y él hace una mueca de desconcierto-. ¿Desde cuando te importan mis salidas y entradas, hermano? ¿eres ahora mi niñera?

-Sólo me preocupo por el bien de la familia. Eres igual de consciente que yo de que sobre nuestras personas se cierne una profecía que no va a tardar mucho en hacerse realidad.

Hago caso omiso a sus advertencias y miro en otra dirección, esperando a que acabe de soltarme el sermón que parece venir instalado de fábrica en su ADN.

-No necesito una super nanny. Así que, por qué no haces algo más provechoso con tu tiempo en vez de emplearlo revoloteando a mi alrededor como una mosca.

-Sí, no te preocupes, estaré encerrado en mi estudio analizando las posibles soluciones a los problemas que vas a desencadenar.

-Me ofendes, hermano- añado, poniéndome una chaqueta de cuero marrón y caminando hacia la salida de casa nuevamente-. Sabes que siempre tengo todo bajo control. Nada sucederá en esta ciudad sin que yo esté al tanto de ello y le dé rienda suelta. Soy el rey de Gasglow y voy a hacer de esta ciudad mi fortaleza.

John hace un gesto con la mano y se adentra en la cocina a buen ritmo. Aprovecho su ida para abrir la puerta y salir por ella con aire de superioridad, cerrando detrás de mí con ímpetu, sintiéndome con más fuerza que nunca, y me propongo subirme a mi coche para ponerme rumbo hacia el hospital en el que trabaja Sophie Summers con el propósito de protegerla de la amenaza que se cierne sobre mi familia y aquellos que nos brindan su lealtad.

Abandono el vehículo a las puertas del hospital y entro en él con paso firme, emprendiendo una marcha hacia la sección de urgencias, donde debe estar atendieno en estos precisos instantes. Y en efecto, allí la encuentro, junto a una camilla sobre la que descansa una niña con el brazo escayolado, recibiendo una piruleta en forma de corazón que le tiende Sophie, intentando animarla. Una sonrisa asoma en los labios de la cría, quien baja de la camilla, se aferra a la mano de su padre y se marcha tras despedirse alegremente con la mano de la chica de cabello castaño.

Doy sendos golpecitos en el cristal llamando su atención. Sophie me mira con sus ojos castaños y no puede evitar sentirse algo fastidiada por mi inoportuna visita. Salva la distancia que nos separa, tira de mí hacia el interior de la estancia, cierra la puerta a mis espaldas, y procede a correr las cortinas de las ventanas.

-Creía que el personal sanitario no recomendábais comer con frecuencia golosinas.

-¿A qué has venido, Kai?- pregunta, tajante-. No creo que estés aquí para verme trabajar.

The Creatures; Origins (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora