Capítulo 7

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Recojo una guinda del frutero y me la llevo a los labios para saborearla, al mismo tiempo me sirvo una bolsa de sangre del tipo A positivo, cuya parte superior desgarro con mis colmillos de hierro. Bebo frenéticamente su contenido, humedeciendo las comisuras de mis labios, así como manchando mis dientes, y no me detengo hasta quedar totalmente saciado. Una vez esto sucede, lanzo la bolsa al cubo de basura y abandono la cocina, adentrándome en el salón, totalmente solitario.

Camino hacia la silla que preside la mesa y tomo asiento en ella. Entrelazo mis manos y apoyo mis codos sobre la superficie del mueble. Mi atención recae en el reloj de pared que yace en la pared del fondo, donde se puede apreciar que son las nueve de la mañana. Estoy pacientemente a que los miembros de la familia irrumpen en el salón para tomar el desayuno, entreteniéndome observando como los rayos solares se cuelan a través de los cristales de las ventanas e inciden directamente sobre el suelo de madera, y escuchando el piar de los pájaros que se depositan sobre las ramas de los árboles cercanos.

Inesperadamente mi mirar se deposita sobre una estantería, cuyos todos ejemplares son de un tono marrón desgatado, salvo uno, que posee un destacable color rojo. Ese libro llama tanto mi atención que no puedo evitar ponerme en pie e ir hacia el mueble para averiguar qué guarda en su interior. Lo tomo entre mis manos y lo abro por la primera página. En ella se recogen las mediciones con respecto a la talla y el peso de Luz pasado los meses. Al principio todo parece encajar hasta que, pasadas unas páginas, descubro que se manifiestan elevadas diferencias, totalmente impropias en una niña de su edad. En un lado de la hoja hay una serie de interrogantes planteados por mi hermano John, con tal de dar con alguna conclusión con respecto a estas repentinas variaciones. No sólo me ha estado ocultado esto sino que además se ha tomado la libertad de dejar pasar el tiempo.

Cierro el libro con violencia y lo coloco en la estantería nuevamente, coincidiendo con la entrada al salón de John, quien se va hacia la cocina, se hace con una taza y una cafetera y las deposita sobre la mesa. Luego toma asiento en el lugar en el que ocupé con anterioridad. Salvo la distancia que nos separa, me hago con la cafetera y la inclino ligeramente hacia adelante.

-¿Quieres café?- le pregunto, apretando la mandíbula y fulminándole con la mirada. Mi hermano asiente una sola vez, desconfiado-. ¿Prefieres sacarina o tal vez una buena dosis de mentiras?

-Lo sabes.

-Sabes perfectamente que a mí no se me resisten los secretos. Siempre consigo descubrir qué se me oculta- escupo cada palabra con rabia contenida-. Te has equivocado al pensar que podías ocultarme algo así.

-Kai, quería contártelo, pero antes pretendía dar con una solución.

-¡Mentir no es la mejor solución! ¡por si lo has olvidado, esa cría está bajo mi tutela!- grito a plena voz, dándole un manotazo a un jarrón de la mesa, lanzándolo hacia el suelo, donde se hace añicos-. ¡Y no te justifiques argumentando que intentabas asumir el rol de padre cuando ni siquiera eres capaz de estar al lado de la mujer que espera un hijo tuyo!

John frunce el ceño y guarda silencio.

-No vuelvas a mantenerme al margen o me encargaré personalmente de eliminarte del plano, ¿queda entendido?

-Esa niña me importa tanto como a ti- confiesa con voz pausada-. Siempre buscaré la forma de mantenerla a salvo.

-Dime,¿has conseguido averiguar algo en todo este tiempo? ¿o ha sido otro fracaso más? Porque, hasta donde alcanzo a entender, ya se han producido más de uno recientemente.

-Sólo he descubierto un nombre en la nota impregnada de tinta que encontramos en el interior del criptex, visible únicamente a la luz de una vela. Sabrina Tates- John se pone en pie y me dedica una mirada desafiante-. Jamás vuelvas a poner en duda el amor que siento hacia Liz y ese bebé. La distancia puede impedir que la abrace o la bese, pero no que la quiera. Pero tú, hermano, no eres capaz de comprenderlo porque nunca te has visto bajo el influjo del amor.

The Creatures; Origins (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora