The Creatures; Origins (1)

Capítulo 11

Ante el dolor, algunos optan por huir lejos, apretando el paso cuanto más cerca lo siente, pretendiendo escapar por completo de él, aún pasando toda una vida corriendo sin cesar. Otros, por el contrario, se deciden a enmascararlo bajo una sonrisa y dos palabras fáciles de creer para la mayoría, salvo para la persona que las grita a pleno pulmón. Éstas dos palabras asesinas y al mismo tiempo mentirosas son "estoy bien". Susurradas siendo acompañadas de un brillo inusual en los ojos puede ayudar a ocultar los sentimientos, y al mismo tiempo, a dar ese impulso que necesitamos para creer nuestra propia mentira, aunque terminemos autodestruyéndonos. Sin embargo, no siempre que brillan los ojos significa que la dicha vive en nuestrointerior. A veces, anuncia que está a punto de llover a mares. Y por último, existen aquellas personas que deciden encerrarse en sí mismas y confiar en que todo se trata de una pesadilla de la que conseguirán despertar algún día, aunque, con el transcurso del tiempo, comprenden que ya nada volverá a ser igual, que ya no regresarán esos tiempos felices, y es entonces cuando pierden el rumbo y desprenden se sentido a la vida. Ya no hay nada que pueda levantarlas. No hay luces ni sombras. Simplemente no hay nada. Todo se ha ido. Esfumándose con la misma rapidez con la que consumen un cigarrillo o te quedas dormido. E inevitablemente, ésta es la parte que cuesta más asimilar, porque es la más difícil. Nadie jamás va a estar preparado para aceptar que ya fue, que el adiós tiene fecha de consecusión y que el vacío que deja una persona cuando se va es para siempre.

Le dedico una mirada a la chica del espejo, quien tiene aspecto cansado y afligido, como si acabara de volver de una guerra que se ha extendido por varios años, de esas en las que eres considerado un afortunado si vuelves con vida, aunque ésta venga vacía, pues cada pedacito de ella se ha quedado con cada soldado caído en campo de batalla. Vuelves sano y salvo pero con una existencia sin sentido cargando a tus espaldas. Y a partir de ese momento te toca enfrentar a los terrores nocturnos, el dolor por la pérdida de amigos y familiares, y las cicatrices tanto física como emocionales que deja un suceso trágico de tales magnitudes.

Llevo puesto un vestido negro de mangas de entretiempo, que no alcanza a cubrir mis rodillas, con unas medias oscuras que hacen juego con mis zapatos. Mi cabello yace recogido hacia un lado con ayuda de una gomilla color azabache. Tengo los labios rosados y secos como consecuencia de la acción de las lágrimas saladas que entran en contacto con mi boca.

Enjugo mis lágrimas y alzo la vista, concentrando mi atención en el área trasera de la habitación qe refleja el esepejo, donde hallo a Jamie con un traje de chaqueta de color negro, portando una rosa de un tono rojo vivo entre sus manos. Me doy media vuelta y comienzo una marcha hacia él, con el fin de alcanzar su posición.

-¿Qué tal estás?

Le doy un fuerte abrazo y él me corresponde. Entierro mi cabeza en su hombro y le doy rienda suelta a mi llanto. Su chaqueta no tarda en humedecerla con la llegada de mis lágrimas y sus oídos pronto son deleitados con los sollozos sofocados ue escapan entre mis labios. Jamie aumenta la fuerza con la que me abraza, en un intento de hacerme saber que no estoy sola, y se limita a acompañarme en un momento tan duro como éste.

-Nunca antes he estado tan mal- balbuceo de forma agitada-. Sólo era una niña. ¿Quién puede hacerle daño a un niño?

-No es justo- añade, soltando un suspiro próximo a mi cuello-. Luz merecía vivir una vida larga y plena. Le correspondía vivir todas las experiencias de una chica de su edad. Viajar con ellos compañeros del instituto por fin de curso, hacer amigos con los que quedar para sentarse en un banco y compartir un paquete de pipas, decidir a qué quiere dedicarse el día de mañana y a partir de ahí comenzar a construir su futuro, enamorarse- al decir ésta última palabra esboza una sonrisa y se aparta un poco de mí. Se aferra a mi mentón y me invita a mirarle directamente a los ojos-. Tenemos que ser fuerte por ella. Sé que a Luz le hubiera gustado vernos con una sonrisa en vez de con decenas de lágrimas.