-¿Es la entrada al cueva?- pregunta John- señalando un túnel que conduce hacia las profundidades, siendo prácticamente ocultado por la marea. Asiento a modo de respuesta-. No podremos descubrir nada mientras la marea esté alta.
-Sólo está inundada la entrada. Tendremos que nadar unos metros y luego podremos caminar perfectamente a pie. Vamos.
-Espero que sepas lo que haces, hermano.
Me lanzo al vacío desde la cima de la montaña en la que nos hallamos, bajo la sorprendida mirada de mi hermano, quien hace una mueca con los labios, aprobando mi comportamiento, y termina por seguirme unos segundos más tarde. Entro en contacto con las aguas frías y sombrías y comienzo a nadar en dirección a la entrada a la cueva, luchando contra el oleaja y las masas de piedra que amenazan con herir alguna parte de mi cuerpo. Con ayuda de mis manos palpo la pared de roca que conduce hacia el interior de la cueva y me valgo de ella para tomar impulso. Muevo mis brazos, como si pretendiera abrirme paso hacia el frente, y abro bien los ojos para estar pendiente de los obstáculos que puedan surgir por el camino.
Toco terreno firme con mis pies pasados unos minutos, coincidiendo con la bajada del nivel del agua, de modo que puedo continuar a pie. Espero a que mi hermano se reúna conmigo para proceder a continuar con nuestra misión.
-Estás perdiendo facultades, hermano- bromeo, soltando una risita-. ¿Tan mal fue la cosa ayer?
-Fue bien. Es sólo que tengo que enfrentarme a un cúmulo de cosas. No sólo voy a perderla dentro de relativamente poco sino que además tengo que ejercer de padre, cuando nunca he tenido a mi lado a alguien que ejerciera ese rol.
-Si pretendes que ese niño tenga una familia normal, ya puedes ir olvidándote de ello. Los Spinnet nunca hemos entrado dentro de los límites de lo considerado normal.
-Tengo miedo de no saber estar a la altura.
-La única forma de ser un buen padre es aprendiendo de la propia experiencia. No importa cuántas veces sientas que has dado un veinte por ciento de cien, porque para ese crío, siempre vas a ser su héroe, y siempre va a valorar esa cifra como si fuera lo mejor del mundo.
Me da una palmadita en el hombro y suelta un suspiro.
-Sigamos avanzando. Tenemos mucho que investigar.
-¿He conseguido despertar tu interés con esa caja?
-Esa caja esconde más de lo que creemos. Tenemos que anticiparnos a posibles amenazas antes de que se nos echen encima.
Avanzamos hacia una puerta de piedra, en cuyo lateral derecho hay grabada la marca de una mano, cubierta de sangre. Cojo uno de los cuchillos que sobresalen de la pared y me hago un corte en la palma y luego se lo tiendo a mi hermano, quien hace lo propio. Ambos vertimos el fluido rojo sobre la marca de la mano, dejando sobre sí hasta la última gota. Un temblor se manifiesta como consecuencia de nuestra ofrenda y acompañado de éste viene la caída de las rocas a nuestros pies, dejándonos vía libre. John y yo retrocedemos un par de pasos para evitar ser presos del derrumbamiento de las rocas, y decidimos esperar a que el proceso llegue a su fin para adentrarnos en un corredor sombrío y solitario en forma de escalera de caracol que conduce hacia la parte inferior de la cueva.
-¿Has entrado aquí alguna vez?
-En realidad, es la primera vez que lo hago.
-Es me tranquiliza- ironiza John, caminando sobre el suelo humedecido, aferrándose a las paredes de piedra para evitar resbalar-. ¿Crees que encontraremos algo relacionado con nuestra familia?
ESTÁS LEYENDO
The Creatures; Origins (1)
FantasyLa aparición de un criptex de forma inesperada devuelve la incertidumbre a la vida de la familia Spinnet, quien lucha contra todo pronóstico por mantener a salvo a todos sus miembros. Una ligera pista les lleva a sospechar acerca de quién puede ser...