Acojo entre mis brazos al pequeño y tomo asiento en la mecedora de color anaranjada que hay situado en una esquina de la habitación, junto a una ventana, y me balanceo de delante hacia atrás con movimientos lentos y acompasados, en un intento de calmar el llanto de Ayden, quien parece tener problemas para conciliar el sueño. Mi hermano John ha decidido salir a tomar el aire, argumentando que necesita despejar su mente, aunque yo sé que va a ser todo lo contrario. Seguramente se torture una y otra vez recordando momentos felices del pasado y se culpabilice de la muerte de Elizabeth. No está llevando nada bien la pérdida de su gran amor. Y, en cierto modo, lo comprendo, aunque no lo comparto. La caída de la reina no supone el final de la partida, aún queda en pie el rey, y está en su deber hacer todo lo posible por vencer.
-Había una vez un valiente caballero que lo tenía todo. El caballero iba por el mundo desencadenando el mal, destruyendo todo a su paso sin importarle mucho el sufrimiento ajeno. Había ganado cientos de batallas, se consideraba a sí mismo alguien invencible y temido. Su fama le había llevado a ser considerado un monstruo por todos. Las habladurías no le llevaban a reprimirse y mucho menos a sentirse ofendido por el apodo que había recibido- narro, mirando con ternura al pequeño, quien parece más calmado-. Sin embargo, su suerte cambió cuando conoció a una pequeña princesita con luz propia que le dio un giro de ciento ochenta grados a su vida. Todo cuanto antes parecía no tener sentido, lo cobró de la noche a la mañana. Y ese monstruo con el corazón congelado, fue capaz de sentir amor por primera vez. Quiso convertirse en una mejor persona para esa pequeña princesita y lo consiguió- la viva imagen de Luz acude a mi mente. Aún puedo recordar aquel fatídico día en el que la conocí, en el que me vi reflejado en ella, en el que supe que tenía que protegerla y garantizar su felicidad a toda costa-. Vinieron tiempos felices, tiempos que saboreó el monstruo como un niño, aunque tan sólo duró un instante. Después, todo cambió para siempre. Ella partió a un millón de millas de aquí y el monstruo quedó destrozado. Tuvo que ocultar su profundo dolor bajo una apariencia solitaria y despiadada, porque tenía miedo a confesar que su corazón había sido herido cuando más había querido- el bebé bosteza y ladea la cabeza hacia la izquierda-. El castillo cerró sus puertas y el caballero se puso su mejor armadura para protegerse de los golpes que pudiera recibir más adelante. Pero ese no es el final del cuento, tan sólo el principio, porque el cabellero tiene un plan en mente para traer de vuelta a la princesa y a la reina que tan prematuramente partió hacia el más allá. Será nuestro pequeño secreto- me pongo en pie y camino hacia la cuna de ropajes verdes y deposito al bebé en ella, ofreciéndole un pequeño caballito de madera que coloca a su vera-. Que tengas dulces sueños.
Arropo a Ayden y acaricio su escaso cabello azabache antes de apagar la luz de la lamparita de la mesita de noche y proceder a abandonar el dormitorio del pequeño con sigilo para evitar despertarle del profundo sueño al que acaba de abandonarse. Antes de cerrar la puerta detrás de mí le dedico una última mirada al niño acompañada de una sonrisa.
Bajo a la planta baja, me sitúo tras una barra y comienzo a servirme una copa de whisky al mismo tiempo que observo con cautela el cuadro que hay en el salón, donde se visualiza a un sacerdote atendiendo a los más necesitados en el campo. A sus espaldas se alza la iglesia, en cuya cima se halla una campana enorme adornado con una pequeña en la parte superior de ésta. Sonrío al recordar que dentro ese cuadro está oculta la reliquia que tanto ansía tener Regina. Resulta increíble como algo tan obvio pasa desapercibido.
Siento la presencia de alguien más en la casa e, inmediatamente, tengo la sensación de que no se trata presicamente de mi hermano el desquiciado. Alzo la vista y recorro con la mirada la estancia en la que me hallo hasta terminar por reparar en la figura de una mujer de cabello color abazache y ojos castaños y sedientos de poder.
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The Creatures; Origins (1)
FantasyLa aparición de un criptex de forma inesperada devuelve la incertidumbre a la vida de la familia Spinnet, quien lucha contra todo pronóstico por mantener a salvo a todos sus miembros. Una ligera pista les lleva a sospechar acerca de quién puede ser...