violación ||Editado

⭐5⭐

Cuando llego la hora del descanso y todos salieron a respirar, estirarse o comer. Ink parecía un zombie, atraído por los olores de la cafetería, solo le faltaba practicar canibalismo para parecer uno real, o eso es lo que pensaba un chico alto y moreno que le veía desde lejos.

-Error, estas peor que Reaper mirando al vecino nuevo.- le decía su hermano mayor al moreno, que se encontraba guardando sus cosas en su casillero.

-Istis piir qui ripir. Cállate, me da asco tan solo verlo, ¿qué acaso no te das cuenta? Te viola mentalmente con su mirada de niño pendejo.- le contestó sin apartar la vista del albino. Geno logro que el azabache despegara la vista del albino ya que se estaba riendo suavemente.

-Si sigues así, te vas a terminar enamorando de él.

-¿Así como tu y Blard?.- le pregunto con un tono de burla, y comenzó a reír cuando vio como su hermano mayor se ocultaba en su típica bufanda y con la cara toda roja.

-Y-yo no me enamore de él, es solo un amigo.- le contesto desviando la vista a otro lado.

-Si, lo que tu digas Geno, te creo.- dicho esto, el moreno dejo en paz a su hermano para ir con la bola de idiotas a los que llamaba amigos.

En la cafetería estaba una cantidad insignificante de alumnos y uno que otro profesor, ¿la razón? Todos preferían estar afuera en los grandes y bien cuidados jardines, lo que mas atraía a los chico cómo si fueran moscas, eran sus flores de todo tipo. A casi todos les atraía pero a Ink era una excepción, el chico albino estaba sentado solo en una de las bancas de la cafetería, con su cuaderno de dibujos afuera y uno que otro color extravagante. No le interesaba en lo más mínimo salir, y menos si ahora tenía inspiración. Los detalles que ponía a su preciado dibujo eran finos, trataba de no recargar mucho el lápiz para no arruinarle. ¿Que qué dibuja? A lo lejos se encontraba la mesa de unos cuantos chicos, cinco para ser exactos, y entre todos ellos resaltaba el que se podría decir era el líder de la banda. Nuestro querido albino de encontraba dibujando el rostro perfecto de Error, de ves en cuando volteaba disimuladamente a mirar que es lo que le faltaba a su dibujo. Si algo había que admitir, era que se le hacia algo guapo, pero no sentía atracción alguna. Simplemente reconoce que el moreno tiene un rostro fino y bien cuidado, se llego a enterar que varias chicas se mueren por él, pero el moreno simplemente les ignora.

Dejo lo que estaba haciendo y cerro bruscamente su cuaderno cuando dos chicos se le acercaron. Uno de ojos azules y una extravagante pañoleta del mismo color, y otro más "pequeño" de cabello castaño claro. Sinceramente se veía que el de ojos azules solo le ganaba por milímetros al castaño.

-Hola. Me llamo Berry y él es Chara, nos preguntábamos si nos podríamos sentar contigo a comer.- contesto entusiasta el ojiazul.

-Claro, mucho gusto Berry y Chara, ¿sean bienvenidos a mi mesa....? Nah, sienten se en confianza.- guardó sus cosas en su mochila y comenzó a charlar con los nuevos conocidos.

En la mesa en donde se encontraba la persona que robo su atención hace un momento, los demás del grupo del moreno también veían al albino con sus otros dos acompañantes.

-Te están quitando al azulito.- se burlaba un chico conocido como horror.

-Cállate y traga.- le callo a la fuerza otro, que le metió un pedazo de pan a la boca para que se callara, realmente su aspecto era algo tétrico, Dust, era famoso por ser callado pero agresivo cuando se necesitaba. Ignorando a sus dos "amigos", Error volvía a fijar su vista al albino.

-¿y qué te parece el chico nuevo?.- le pregunto Killer, quien se percato instantáneamente de la atención que le dedicaba el moreno al albino.

-....Me enferma.- dijo para segur tomando su jugó. Pero está vez, desviando la vista.

-A mi me parece que te atrae, y no para quitar le el dinero.- le dijo burlesco Red, que pronto no se hicieron esperar las burlas de sus demás compañeros que estaban en la mesa. Cuando menos lo sintieron, Error presionó el jugo en caja que tenía en la mano, empapando a todos menos a él.

-Imbéciles.- se levanto de la mesa y se retiro de la cafetería. En cuanto se fue las risas de su grupo volvieron a surgir llamando la atención de los miembros que estaban con el albino.