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Era el primer día de clases y el albino se encontraba corriendo a toda velocidad por las calles para tratar de llegar a tiempo. Cabe mencionar que cuando ya estaba dentro de la escuela se callo como unas 6 veces en los pasillos.

-Joven ink, ¿se encuentra el joven Ink?.- preguntaba el profesor, un tanto grande, pero no tanto, de unos 50 años y para su edad, estaba bien conservado.- supongo que-

-¡¡Aquí estoy!!.- grito a todo pulmón dando un portazo al entrar, todos le dirigieron la mirada, unos reían y otros simplemente no le dedicaban expresión alguna.- ¡No me ponga falta, maestro Gaster! ¡Por favor!.- suplicaba el albino que se fue a abrazar a la pierna del profesor. Este algo incómodo, le fue quitando su pierna de a poco.

-En efecto, no te puedo poner falta porque llegaste CASI a tiempo. Pero tendrás retardo, ahora, vaya a sentarse detrás del joven Crayon. Crayon, levanta la mano para que se siente el señor Ink.- cuando Ink dirigió la mirada, su sorpresa fue que era el chico moreno, error, recordó su nombre.

Sin rechistar se fue a su asiento correspondiente, ya tenía retardo en clase de matemáticas, vaya fama se había dado. Sin prestar atención a los demás cuando el profesor tomaba asistencia. Tomo su cuaderno de dibujos y en su mochila trato de buscar su lápiz, pero no estaba, vaya, también olvidaba sus cosas a pesar de que había "organizado" sus pertenencias, aunque, era normal ya que era muy olvidadizo. Al no conocer a nadie, no tuvo mucho valor para pedir un lápiz prestado, a excepción de una persona.

Frente a él se encontraba el moreno que quien sabe que estaba haciendo. Tomo algo de aire y se acerco un poco.

-Disculpa, ¿tendrás un lápiz que me puedas prestar?.- dijo seguro, el otro no contestó. Simplemente le ignoró.- poooor favoooooor.- le comenzó a sacudir de sus hombros, a lo que el mayor reacciono mal, apartando lo de golpe.

-¡No me toques! Y no, no tengo.- le contesto el de cabello color azabache volteando a verle y hablando bajo, ya que también era famoso por toda la escuela al tener mala relación con los maestros.

-Pero yo estoy viendo dos en tu banca.- contesto el albino alzándose un poco para poder ver lo que buscaba.

-Agh, no es mío el otro.- se excuso, realmente le molestaba ese chico

-Pooooor favooooor, y te dejo de molestar, se nota a kilómetros que te caigo mal.- el moreno se lo pensó un poco, tomó el lápiz que tanto le pedía el albino y se lo entrego sin decir una palabra.- gracias Error, sabes, si no fueras tan amargado probablemente tendrías más amigos.- el mayor no dijo nada, sólo le dio un TIC en el ojo y se volteo nuevamente para seguir rayando su cuaderno con garabatos sin sentido.

Que molesto era estar en la misma clase que ese tipo.

violación ||Editado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora