Capítulo 11

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En Persia gobernaba el rey Khamal, este misugato vivía en la ciudad de Teherán y conocía muy bien todos los problemas que vivían nuestros amigos.

Khamal, era un gato muy inteligente y disciplinado. Sin embargo, vivir en un país rico en petróleo y gas natural era muy peligroso —porque en aquel entonces, Persia vivía bajo una guerra muy horrible—, ya que el nuevo emperador de Catchina, Lord Moon Ja-Shi, quería todas las riquezas que tenía Persia.

Después de derrotar al emperador Catchino, Khamal se casó con una gata llamada Bali Persa. Ella tejía alfombras muy coloridas, ya que aprendió gracias a su madre. Un día, cuando Khamal y Bali estaban en los jardines reales del palacio, ella le hizo una pregunta:

—Khamal, hay algo que siempre ha rondan en mi cabeza, ¿no te atreverías a decirme por qué eres el gato más viejo de toda Persia?

—Bali, ¿me prometes que no se lo contarás a nadie? —dijo Khamal.

—Te lo prometo —respondió Bali.

—Esto no se lo he dicho a nadie, ni a mis amigos cercanos —dijo Khamal, un poco nervioso.

—¡Khamal, habla de una vez y sin rodeos! —dijo ella desesperada.

—¡Está bien, te lo contaré! Yo soy un ángel del altísimo... —dijo por fin khamal.

—¡No puede ser, es mentira! —dijo Bali, sin entender.

—Si Bali, soy un ángel y yo me fui del cielo porque...—dudó.

—Dilo Khamal —dijo Bali, con insistencia.

—¡Porque me sentía solo, no tenía a nadie con quien hablar!... Entonces, el altísimo me lo permitió. Y vine del cielo hasta aquí, pero, la consecuencia de ello es que no tengo el mando para ser un ángel otra vez. Sin embargo, lo único que he tenido son mis poderes de curar a los gatos heridos —le explicó Khamal.

—Entiendo querido —dijo Bali.

Al día siguiente, Bali le dio un abrazo a Khamal por su conversación. Y ella nunca le dijo nada a nadie sobre el tema.

Años después, Bali tuvo un gatito llamado Hassan. Fueron muy felices los dos por la llegada de su hijo —aunque no todo era felicidad, como cualquier otra familia—. Apolo llegó al palacio de Khamal, para pedirle ayuda porque su padre no estaba de acuerdo con el matrimonio de su hijo. Y como Khamal y Apolo eran muy amigos, este decidió ayudarlo.

Semanas después, Apolo le dio las gracias a Khamal por haberlo ayudado con su padre, ya que él se pudo casar con su amada princesa, Cori-akino, y todo gracias a Khamal, pero él no sería el único en salvar vidas.

Los MisugatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora