27/06/18

5 0 0
                                    

Mañana será mi graduación.

Mañana me entregan los papeles, mis documentos.

Yo seguiré escribiendo aquí. Evitaré hablar de sentimientos y de más, porque no lo veo necesario, teniendo ya otro libro para eso. Así no tendré que poner mi enredadero emocional y hormonal, ya basta de decir que me gusta alguien, y en otros meses, me guste otro alguien, que eso da pena.

Cómo sea, me he cortado el pelo otra vez, y estoy bastante feliz con eso.

Mi problema es que no siento que vaya a verme bien. Necesito verme bien, porque en la primaria, no fue precisamente mi momento más amoroso conmigo misma. Necesito verme bien para quererme, tomar fotos y no sentirme incómoda.

Dios...

Quiero tomar fotos, verme al espejo y sentirme bien. Maldita sea.

Quiero disfrutar mis últimos momentos con amigos, con mis amigos queridos, por lo menos los cercanos.

. . .

Ya estoy de vacaciones, he tenido momentos sentimentales muy grandes por las noches. Crecieron lazos amistosos que quería que pasaran, con las personas que yo veía necesario hacerle ese lazo.

He estado perdiendo amor hacia una de mis mejores amigas de toda la vida, siento que su amistad es falsedad, me siento utilizada.

Creo que necesito un desahogo. Quiero un abrazo.

Ya me había desahogado con esa persona, pero lo hice porque en aquel momento, estaba tan mal, que necesité soltarlo todo, haciendo que me sintiera miserable. No fue satisfactorio soltarlo todo con ella.

Por alguna razón, siento la necesidad de decírselo a ciertas personas, porque me abro a esas personas, que vean lo que siento y cómo estoy realmente.

Porque, me duele que crean que realmente soy feliz, que soy alegre.

A mí me alegran las personas, pero no soy alegre, si estoy sola y sin las personas que amo, me siento lamentable.

Por eso me gusta salir, pero al mismo tiempo, me da tanto asco vestirme y tratar de sentirme bonita, porque me da flojera. Me da pereza vestirme sólo para estar cómoda. Es nefasto. Entonces, sólo quiero estar encerrada para evitar miradas y espejos dónde pueda juzgarme sola. Lo extraño es que, por lo menos mi 30% del día, es estar observando, ya sea mi rostro o mi cuerpo frente al espejo.

Solía lastimar mi cuerpo por coraje, por dejar marcas feas en mi piel que hicieran sentirme más penosa de mí, que hicieran darme vergüenza y odiarme más. Quería ver la sangre escurrir y sentir repudio ante mi estupidez.
Porque sí, después de hacerlo, me sentía bien, y hacía que quisiera hacer más y más. Me gustaba esa sensación de querer más, más, más. Podría haberme gastado una noche entera haciendo líneas de sangre en mis brazos, muslos, tobillos, muñecas, abdomen. Y no cansarme.

Mi vanidad era lastimada, y la confundía, porque terminé viendo aquellas marcas cómo algo bonito, y algo asqueroso, algo que disfrutaba de ver, y algo que sentía vergüenza de tener.

---

No sé que más decir. Me siento cansada y al mismo tiempo, indiferente con la vida.

Estoy muuuuy poooooco estresada por mañana.

Espero estar bien, estaré bien, voy a estar bien.

Son los sentimientos de una fruta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora