07/09/18

5 0 0
                                    

Mamá, no estoy segura de haberte dedicado una carta.

Mamá, adoro darte abrazos, hay días en los que, yo te veo y necesito abrazarte, porque verte me provoca una emoción gigante, una de estar tan feliz que la emoción se revuelva dentro de mí y me haga tener la necesidad de soltar un chillido de emoción para así acercarme a ti y llenarte de besos el rostro, de abrazarte y sentir tu calor húmedo.

Contigo me siento cómoda.

Mami, me di cuenta de que escribo aquí hablándole a alguien. No, mamá, no te estoy hablando aquí en estas palabras, pero sé que si llegase a morir antes de lo esperado, yo me iría sabiendo que leerás esto. 

Quisiera que se lo dieses a conocer a mis familiares.

¿Sabes? Siempre que pienso en la muerta, veo por fin a mi familia queriéndome de verdad, y no sólo un cariño forzado por la sangre.

Mi familia para mí, es sólo otro grupo social más, dónde debo comportarme de cierta forma, sólo para encajar.

Jamás estarán satisfechos conmigo, y no espero cumplir con ninguna expectativa. 
No los odio, eso es obvio, mami. No puedo, pero ellos no son de mi agrado, me siento criticada constantemente, presionada, me siento... Como si jamás  pudiese ser yo.

Ser yo misma es un error, mamá. No me queda nada más que ser yo y conseguir a aquellos que me aman tal y como soy.

Mami, ¿sabes cuánto amo a las personas? Demasiado, mamá. Tengo inevitablemente, un corazón de pollo muy insoportable.

Pero bueno, mamá. 

Sé que hablo mucho mamá, pero, ¿con quién más voy a desahogar lo que siento?

No tengo a nadie más que a ti, mamá. Necesito escuchar tu opinión, tu pensamiento, algún alago a la formación de mis ideas, no sé... Mamá, te doy todo de mí, para que no me des nada de ti.

Te doy todo de mí, para que al momento de hacerlo, sólo sea el molesto momento en el que debes pausar tu película.

Mamá, perdona que sea tan floja, tan inservible y tan desobediente. 

No he hecho nada para reparar aquello, lo he intentado, pero, ni aunque me remuerda la conciencia hasta al punto de comenzar a odiarme, he hecho algo. No me estoy haciendo la víctima, estoy pensando como creo que cualquier persona con mi manera de ver la cosas. Y, bueno, me siento desagradable. Una persona que sabe que está mal y no hace nada, es repudiable para mí. 

Entonces, ¿cómo amarme si soy el tipo de persona que odio?

¿Por qué no me amo como amo a los demás o, por qué mi corazón de pollo no aplica conmigo?

No lo sé. 

Nada de esto es tu culpa, mamá. Si te has leído todo esto, sabrás que escribo cómo desahogo.

Mami, esto inicialmente era para hablarte de lo tanto que te amo y de que conocieras un poco más mi pensamiento feliz o simplemente más de mi persona, porque si quiero que leas esto, necesito no sólo encuentres los pensamientos negativos de tu hija menor.

Sin embargo, se me vienen tantas cosas a la cabeza, que no soy capaz de llegar al tema principal.

Trataré de volver aquí, necesito volver a escribir.

No la he pasado mal, pero como son las cosas de siempre, mis emociones no me han llevado a explotar y escribir aquí, pero eso no significa que vaya a estar mal.

Son los sentimientos de una fruta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora