"El orden de los factores no altera el resultado"
Es el lema del temido y afamado empresario londinense "Octavio Almoraz" altivo y soberbio como ninguno; según él no necesita de nadie para hacer y deshacer a su antojo, en su infinita arrogancia alqu...
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KAILAM
Mi madre está empeorando cada días más, no sé qué más hacer el doctor Félix me ha estado dando dinero y no hay empleo a la vista y ya se me cae la cara de vergüenza con que le pagare, mientras camino me encuentro con él, le sonrió
- Hola Kailam necesito hablar contigo, ¿me acompañas a mi consultorio? – asiento -
- Claro doctor- sigo al doctor por los pasillos del hospital y mi corazón se me quiere salir del pecho, me estoy imaginando miles de cosas y no son nada buenas -
- Adelante Kailam y siéntate – entramos a su consultorio y me hace señas para que me siente -
- ¿Qué quiere hablar conmigo? – se sonríe y se desde su escritorio me observa -
- ¿Ya encontraste empleo?
- No doctor, pero tan pronto tenga le pago todo lo que le debo – asiento -
- Tranquila, yo sé que me pagaras, pero ¿qué estarías dispuesta a hacer? – me levanto abruptamente y lo encaro -
- ¿A qué se refiere doctor? no soy ese tipo de mujer...
- No quise decir eso, solamente que hay un opción por ahí y pues pensé en ti – frunzo el ceño -
- ¿De qué se trata? – suspiro y me vuelvo a sentar-
- Bueno, un millonario está buscando una joven para alquilar su vientre – abro los ojos -
- ¡Qué doctor! pero porque – me llevo la mano al pecho -
- Sus razones tendrá Kailam, no somos nadie para juzgarlo – asiento -
- Entiendo, pero que cosa rara y ¿eso que tiene que ver conmigo? – el doctor suspira y me observa fijamente -
- Pues, tu encajas con las exigencias de tal millonario
- Ok... ¿o sea no entiendo?
- Tu eres joven, estas sana y cumples con la edad requerida...
- No voy hacer eso doctor... serian mis hijos también – asiente -
- Si Kailam, en eso tienes razón... yo solamente te comentaba dada tus circunstancias – empiezo a pensar -
- Entiendo doctor, ¿Cuánto es el pago? – suspira y me mira otra vez -
- 1 millón de dólares – abro los ojos -
- Dios... es mucho dinero – asiente -
- Si Kailam por eso pensé en ti, no me malentiendas tú necesitas el dinero eres una buena chica
- Si, accedo... ¿Cómo sería?
- El dinero se te dará de forma inmediata – mi mente empezó a dar vueltas -
- Déjame pensarlo ...
- Estaré esperando tu respuesta – asiento y salgo de su consultorio –
No lo podía creer como una persona podría pedir tener hijos esa forma, que no le bastaba con hacerlo de forma natural, buscar una mujer, casarse o no casarse y así tener hijos, estos millonarios cada día eran más soberbios, con ese pensamiento me dirijo al cuarto de mi mamá
- Hola ma ¿Cómo te sientes? – su mueca de dolor me parte el alma -
- Ay vamos mi niña, ¿Qué has encontrado? – me debato en decirle o no, aun así me siento en el borde de su cama -
- Pues hay una propuesta por ahí – frunce el ceño -
- ¿Hay un pero, verdad? cuéntame y así lo solucionamos juntas – asiento y la tomo de la mano-
- Un millonario quiere alquilar un vientre, la paga es muy buena, el doctor Smith me comento
- ¿Qué piensas al respecto Kailam? Si aceptas serian tus hijos también ¿estarías dispuesta a entregarlos? – me quedo en silencio unos instantes sopesando su pregunta-
- No sé, pero me pongo a pensar que no tenemos que comer, tus medicamentos son costosos, y cuando te den de alta que haremos, la casa está hipotecada y con los pagos atrasados, ¡Dios!... no sé qué haremos – me atrae hacia su pecho -
- Lo que decidas yo te apoyo... piénsalo bien – asiento -
- Gracias mamita....
A los minutos se queda dormida por efectos de las medicinas, pero quede con una sensación rara, mi madre me apoyaba cualquiera que sea mi decisión, pero estaba mi moral que ese encontraba haciendo conflicto con mi corazón y mi mente, quiero acceder, pero ¿Qué les dirá el señor ese cuando mi hijo le pregunte por mí? ¿Qué pensara la gente que soy una interesada? y ¿si no lo hago? pues morimos de hambre literal... no sé qué hacer.
Doy vueltas y vueltas en mi cama, no puedo dormir, entre tanto pensar ya tengo una decisión, mañana mismo hablo con el doctor Smith.
Llegue bien temprano al hospital y subo hasta al cuarto de mi mamá y la escena que veo me hace cambiar de decisión, mi madre está retorciéndose de dolor y varias enfermeras tratando de calmarla, pero sé que no pueden hacer mucho, necesita un nuevo tratamiento y más costoso.
Esa imagen se me clavo en la mente y mi corazón... mi decisión ya está tomada.
