Su reacción cuando te ve por primera vez.{Primera parte.}
Tony:
Estaban en la torre todos, cuando apareció irrumpiendo la reunión junto a Natasha, de la cual era mejor amiga y desde su accidente no quería dejarla sola un solo segundo. Todos se quedaron observándola, y Tony no fue menos, captó su atención al segundo de posar su mirada en la desconocida. Éste se levantó para tenderle una mano como forma de saludo. –Tony Stark, es un placer conocerla. –_____ Kennie. El placer es mío. Era una gran admiradora de todos, sobretodo del playboy, pero no quería parecer la típica fangirl loca y contuvo la compostura. Algo que sorprendió a Natasha que sabía de su obsesión por él y al mismísimo Stark.
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Steve:
Estaban todos en una reunión, decidiendo qué hacer con el retenido dios del engaño, unos pensaban en hacerle pagar las consecuencias, Thor pensaba que lo mejor era llevarlo a Asgard, dónde sus delitos serían juzgados. Algo que le parecía correcto al capitán, que dió su aprobación ganándose quejas de todos. Cuando, como siempre, Tony iba a llevarle la contraria a Steve, la aprendiz de Fury dijo algo que a todos los dejó en silencio. –Seamos honestos, ¿acaso sabéis como dominar a un dios? —Unos segundos de silencio le valieron de respuesta para proseguir.— Yo creo que debemos aceptar las órdenes de Rogers. Al fin y al cabo, es el capitán. El mencionado alzó una ceja con una sonrisa divertida, agradecido por su apoyo y divertido por la cara que se le quedó a Stark después de ello. –Gracias, señorita Smith.
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Thor:
Seamos sinceros, el dios asgardiano sólo había asistido a la fiesta de Stark por compromiso. Nada le ataba allí y la bebida midgardiana no le hacía ningún claro efecto. Las cosas con Jane no le habían ido bien, pero intentó disimularlas lo mejor posible, cosa que pareció funcionar. Después de servir un poco de licor asgardiano a Steve y dar un trago a su vaso, se quedó completamente embobado en un punto de la sala dónde se encontraba. Al otro lado de la barra, sola, mirando a su copa aún intacta, se encontraba una mujer hermosa con un impresionante vestido de color escarlata. El rubio preguntó por ella, pero Steve no supo darle respuesta. Thor se acercó con valentía a la chica, algo en ella la atraía de forma casi magnética. Apoyó un brazo en la barra, a su lado, llamando la atención de ella quién dirigió sus ojos color cian hacia el dios que se quedó unos segundos en blanco. –Me llamo Thor, my lady. Después de una suave risa de su parte que le pareció el más hermoso cántico jamás oído, se presentó ante él. –Yo ______.
