Marvel Stuff

Scott Lang

Título: no todas las bromas salen bien.
Advertencias: nah.
Disfruten del one shot escrito a las 3 AM. ^^

Hacerle bromas era su pan de cada día. Ni siquiera sabía porqué la tomaba tanto con ella con eso de las bromas pesadas pero así era. Melodie era una nueva adquisición de los vengadores, se había mudado sin problemas al complejo y lo curioso es que ni siquiera la ex espía rusa sabía del pasado de la morena. Era todo un misterio para todos porque siempre evitaba el tema cuando se trataba de hablar de sí misma. Simplemente sabían lo básico, su edad, lugar de nacimiento y su fecha de nacimiento. Ni siquiera sabían los nombres de sus padres, no encontraron partida de nacimiento, carnet de conducir o de identidad, pero la chica sabía conducir todo tipo de vehículos. Con decir que siquiera sabían su apellido... A veces decían apellidos al azar cuando la veían en un intento de adivinarlos, pero ella ya lo tomaba con humor, responiéndoles con una negativa. Ellos iban tachándolos de la pizarra dónde habían apuntado apellidos comunes en Irlanda, ya que Melanie era irlandesa.

Un día una Scott decidió que sería buena idea darle un susto a una agente entrenada escondiéndose en su ducha con el tamaño de una hormiga, para que cuando ella entrase volverse de su tamaño y gritar un tedioso bu que sólo lograría ganarse un buen y doloroso golpe. Tenía todo planeado al dedo y él contaba con que todo saldría bien, aunque siquiera sabía lo que la vengadora hacía cada mañana. Era una de las primeras en despertar, casi antes que Rogers incluso y se iba al gimnasio a entrenar un poco. Algo suave, únicamente para calentar sus músculos. Luego daba un paseo por el complejo y después volvía al cuarto a darse una ducha.

Scott pensó que estaba dormida. Se dirigió montado en una hormiga voladora hasta la ducha y dejó que ésta se fuese por dónde habían vuelto. Esperó paciente que esperase, frotándose las manos y asegurando que era el mejor plan creado jamás por el hombre. Ya empezó a sospechar algo cuando escuchó la puerta de su habitación cerrarse con suavidad, pero no le dió muchas vueltas. Maldito estúpido. Melodie estaba algo exhausta, no había dormido demasiado bien aquella noche y, por ende, el entrenamiento estuvo pesado. Sólo quería darse una buena ducha fría que despertase sus cinco sentidos para sobrellevar un nuevo día en la sede de los vengadores.
Encendió la luz del espacioso cuarto de baño, despojándose de su ropa. Aunque había una mampara de cristal, Scott se había escondido en el borde de porcelana del suelo de la ducha para que no le pillase por lo que, cuando ella entró se quedó helado. No sabía qué hacer en aquél momento, y no creía que volverse grande fuera una opción viable. La irlandesa abrió el grifo y Lang tuvo que emprender la retirada antes de acabar ahogado o aplastado por alguna gota, pero acabó de una peor forma. Justo antes de llegar a la puerta de la mampara de cristal accionó el botón accidentalmente volviéndose de su tamaño original, logrando así el grito asustado de ella. Al menos algo había logrado. Justo antes de que le arrojase a la cabeza el champú, cosa que le hizo volar el casco y no pudo volver a empequeñecerse como quería en aquél momento.

– ¿Te has vuelto loco, Scott?

Exclamó aufórica mientras tapaba su cuerpo como le resultó posible aunque él ya había visto toda su anatomía. El nombrado tenía rojas hasta las orejas por la vergüenza, y es que no había sido su intención usurpar de aquella forma su intimidad.

– ¡Lo siento! ¡Lo siento!

Fue todo lo que logró decir mientras se alejaba a trompicones hacia la puerta, estuvo apunto de lanzarle otro objeto arrojadizo cuando éste alzó las manos en son de paz, saliendo con rapidez por la puerta y cerrando detrás de él con un suspiro.

La semana siguiente no se vió demasiado a la nueva recluta. Apenas salía de su habitación y nadie sabía qué había sucedido. No fue hasta que vieron las cámaras de vigilancia que creyeron tener al responsable de aquello. Casi todos fueron a por él, ya que tenían demasiado aprecio a aquella chica. La rusa agarró la camiseta de Lang mirándolo con una inquietante seriedad haciéndole tragar saliva esperando lo peor.