Marvel Stuff

Peter Maximoff

Título: Salvador.
Advertencia: OS corto.
¡Espero que os guste! ^^

×××××××××××××××××××××××

– ¡Necesitamos conocer la identidad de ese mutante! —Exclamó Mística irrumpiendo en el despacho de Charles—.

Las miradas de Erik, Hank y Charles se dirigieron a ella al instantes, los tres espectantes tras sus palabras y su entrada.

– ¿Y cuál es tu plan? ¿Buscarla debajo de cada piedra? —Preguntó Magneto con mofa—.

– Tenemos a Cerebro.

– ¿Crees que no he pensado en ello antes? Bloquea su mente, no sé qué clase de mutación debe poseer pero es más que evidente que no quiere ser detectado —argumentó el telépata apoyando los brazos sobre la mesa—.

Desde hacía ya unos meses, un mutante al que aún no habían identificado traía a la escuela a diferentes mutantes que habían sido abandonados o usados como monos de feria. Y cuando esos mutantes intentaban recordar a su salvador, algo les impedía recordar su apariencia física incluso si Xavier entraba en sus mentes para intentar sacar cualquier cosa relevante, algo que sorprendió a Charles e irritó a Raven.

– Mirad, ahí viene otro.

Todos los que se hayaban en la sala se giraron para mirar a Hank, que estaba en la ventana observando como un joven mutante se acercaba algo temeroso hacia la escuela con lo que parecía una pequeña mochila colgada al hombro a la cual se aferraba con fuerza. A simple vista e incluso a distancia se podía notar su ropa sucia y rota y su pelo despeinado. Ese joven muchacho había sido salvado de a saber qué condiciones en las que estaba atrapado.

– Charles, llama a Peter. Si hay un mutante ahí el Salvador estará cerca y él podría traerlo. —contempló Raven—.

Así habían bautizado al mutante que había salvado a tantas vidas, irónico pero no era algo que le hubiese apodado Raven o Charles, sino todos aquellos a los que había traído a la escuela.
El mencionado asintió de acuerdo con el plan de Mística y llevó dos de sus dedos a la sien mirando a un punto fijo de la habitación. Segundos más tarde y tras una suave ráfaga de viento apareció el platinado.

– ¿Me llamábais?

– Busca por las afueras de la escuela, Salvador debe andar cerca y debemos descubrir quién es.

Él únicamente asintió a la orden de la rubia con una sonrisa orgullosa y se puso sus auriculares saliendo disparado por la puerta. Segundos le costó encontrar una figura encapuchada caminando en dirección quién sabe dónde. Aunque el joven estuvo tentado de quitarle la capucha, decidió no hacerlo por no enfadar a Raven, seguramente ella querría desvelar la identidad del mutante. Agarró la nuca del Salvador y milésimas de segundo después estaban ambos en el despacho de Xavier.
La encapuchada figura hincó una rodilla en el suelo, aturdido por la velocidad a la que lo habían llevado.

– Se pasará, a todos les ocurre la primera vez.

Peter no podía evitar sonreír con orgullo, mientras aquel mutante evitaba a toda costa alzar la cabeza para no mostrarse.
La fémina, irritada ante tanto misterio, caminó hacia el encapuchado y le quitó aquella dichosa capucha llevándose la sorpresa de encontrar una preciosa melena larga y rizada de color azul eléctrico. Cuando alzó la cabeza para mirar a la rubia ésta se encontró con unos ojos azules, que le recordaron al aguamarina. Todos los presentes estaban sorprendidos, su cara hablaba por ellos, pues de lo poco que les habían contado los ahora estudiantes, creían que “Salvador” era hombre.

– ¿Quién eres?

– ¿Acaso importa?

Peter estaba completamente embobado. Incluso su voz le había parecido la más hermosa de las canciones jamás escuchadas.

– Bueno, queremos ponerle nombre a la heroína de tantos mutantes —habló Raven dedicándole una sonrisa extendiéndole la mano para ayudarla a levantarse—.

– Me llamo Juno —Se presentó ella tras mirar de forma dubitativa la mano de la contraria y aceptarla—.

– Yo soy Raven, el del escritorio es Charles, el que está en la ventana Hank, el que está sentado Erik y el que está prácticamente babeándote Peter —presentó a todos mirando al último nombrado con una sonrisa divertida—.

Charles le dedicó una sonrisa a la recién llegada como saludo, Erik dió un pequeño asentimiento de cabeza y Hank alzó la mano con una pequeña sonrisa nerviosa. Todos excepto el veloz rieron por el comentario, incluso la peliazul. Realmente su cara había sido cómica, se había quedado mirándola fíjamente con los labios entreabiertos como si deseara decir algo, aunque de sus labios solo salían balbuceos sin sentido. Al veloz no le había resultado graciosa la broma, miraba al suelo avergonzado y sin dejar a nadie más hablar desapareció tras una brisa, haciéndolos a todos reír nuevamente con la nueva mutante mirando en la dirección en la que él se había ido con una pequeña sonrisa en los labios.