Otra vez al ruedo (2nd part.)

166 4 1
                                    

En la casa de Tauro la situación no era muy distinta... el lemuriano se limitaba a ser consentido por su fuerte toro disfrutando sus caricias con los ojos cerrados en un estado de total relajación...

Mu:- Mmmmm... Alde... -

A pesar de su apariencia tosca, trataba al pelilavanda con mucha delicadeza ya que, según él, era una frágil y bella flor que debía ser amada y apreciada a cada paso que sus labios daban sobre su piel. Pero el borrego no quiso esperar más. Se levantó de su posición original y se posicionó sobre él dejándolo entre sus piernas y frotando su cuerpo contra la entrepierna de éste.

Tauro no podía dejar de verlo a los ojos, eran hipnotizantes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tauro no podía dejar de verlo a los ojos, eran hipnotizantes. Aries se sostenía con una mano de la pierna izquierda de su compañero y con su otra mano acariciaba los bien formados pectorales del grandote.
La blanca y tersa piel del lemuriano le hacía perder la razón al toro. Su cuerpo, aunque fuerte, era de una contextura fina y con poca definición de musculatura.

Aldebarán:- Eres... - Llamó la atención de borrego. - Hermoso... - Sintiendo que las cosas se ponían duras en su entrepierna.

Aries lo besó con insistencia, se sentía arder a causa del contacto con el taurino. Sentía su erección debajo de él rozando la suya propia y le urgía tenerlo dentro.

Mu:- Quiero sentirte mejor mi fuerte y vigoroso toro... - El mencionado lo miró fijo y lo levantó poniéndolo sobre la cama y quitándole lo que le quedaba de ropa. Al terminar se paró entre sus piernas admirando a su borreguito. - ¿Te gusta lo que ves amor...? - El toro sonrió.

Se quitó sus pantalones y ropa interior a la vista del pelilavanda quien se mordía los labios por la ansiedad de tenerlo dentro. Nuevamente el bronceado y bien tonificado brasileño se posicionaba sobre el lemuriano. Estando a centímetros de su rostro se acercó a su oído para susurrarle unas palabras.

Aldebarán:- No me gusta... - Aries abrió grandes los ojos sorprendido por sus palabras. - Me encanta, que es distinto. - Pero relajó su expresión al oír esto último. - ¿Cómo la quieres...? -
Mu:- Así no más, entra ya, no aguanto un segundo más sin ti. - Lenta y cuidadosamente entró en él viéndolo apretar los dientes ante su intromisión, estaba demasiado estrecho y apretaba mucho.

Se detuvo unos segundos, segundos que no desaprovechó e, intentando hacer que su borreguito dejara de pensar en el dolor, empezó a besar y morder su cuello obteniendo como respuesta suspiros y algunos gemidos por parte de su compañero. Lamió su cuello desde la base hasta su mandíbula y al sentir que se relajó comenzó a moverse lentamente para no ser tan brusco.

Aldebarán:- Mi borreguito, no sabes cuánto te he deseado y necesitado esto durante todo este tiempo... -
Mu:- Hazlo más rápido... - Lo sacó de sus pensamientos y éste obedeció. Daba fuertes estocadas. - Aaah... shí, shí, más... - Ya había perdido lo poco que le quedaba de dignidad. - ¡Mmmmm...! -

Time to Play Donde viven las historias. Descúbrelo ahora