Harry Potter Y El Cliché Interdimensional (sin editar)

Capítulo 2

Después de lo que parecieron siglos, la Orden logró finalmente que las nuevas visitas se sentarán en un círculo y Molly obligó a Sirius, mediante empujones, a colocarse en el medio de este.

— Bien...— comenzó Sirius, incómodo por toda la atención que estaba recibiendo en el momento.— Molly dijo que, si realmente ustedes son mis hijas, debería comenzar a conocerlas.
Así que... Haremos esto. Todas dirán su nombre, su casa y tres cosas importantes sobre ellas mismas.
Empecemos por ti.— dijo dándole la palabra a una chica muy bonita de pelo castaño.

La chica se sonrojó.

— Está bien... Me llamo Lyra Black...— Sirius rodó los ojos. — Soy de Gryffindor... Se me conoce en Hogwarts por ser super bromista... Mi mejor amigo es Draco Malfoy y... Estoy saliendo con Fred Weasley.— le lanzó un beso a Fred, quién frunció el ceño confundido y compartió una mirada extrañado con su gemelo.

El resto de los discursos eran parecidos. Sirius se sorprendió de la cantidad de chicas llamadas Lyra y Cassiopea. El resto tenía nombres de estrellas también (cosa que irritaba a Sirius cada vez más) y eran las más bromistas de la escuela. Sirius no paraba de sorprenderse de que todas sus hijas, sin falta, eran bromistas. Y todas, de alguna forma, estaban en un lío amoroso.

Hubieron solo cuatro personas entre ese tumulto de hijos que le hicieron pensar, que sí los podría llegar a reconocer como suyos. O que, al menos, le llamaron la atención.

La primera era una chica rubia de ojos grises, nariz alargada y labios gruesos que se presentó de la siguiente forma:

— Me llamo Mayonesa. Mis padres me pusieron así por el color de mi cabello y porque querían hacerme sufrir con mi nombre. Querían hacerle creer al mundo que me llamaba May, que es mi supuesto apodo, para que nadie sospechara, y hacerme vivir con el hecho de que mi verdadero nombre es Mayonesa. Pero yo decidí que era una estupidez y comencé a presentarme a la gente como Mayonesa. Terminé siendo conocida como Ketchup. Soy de Hufflepuff, aunque muchos dicen que debería ser de Gryffindor. Mis mejores amigos son Neville y Luna y... — hizo una pausa antes de agregar— Ah, sí. Y los únicos dramas románticos que he tenido en mi vida, han sido los que vivo a través de mis compañeras de cuarto.

La segunda se trataba de una chica de piel pálida y pelo casi demasiado negro. Con ojos grises, escalofriantemente parecidos a los suyos.

— Me llamo Summer Black. Porque mi querido padre, Sirius— miró a su Sirius con una sonrisa burlona, que a Black le recordó dolorosamente a James.— creyó que sería divertido escuchar a los profesores pasar la lista en plan "Black, Summer" (Verano, Negro) y que sonaran todo depresivos. — Sirius sonrío divertido. Definitivamente eso sería algo que él haría.— Soy Slytherin. Y antes de que este Sirius se ponga a chillar y a hacer una rabieta como hizo el Sirius de mi dimensión, ser Slytherin es malditamente genial y si tú por tus problemas familiares no puedes aceptarlo, pues no eres mucho mejor que tu familia. Mis mejores amigos son Freddie y Georgie, mayormente conocidos por Leo y yo (mi hermana de otra madre aquí presente) como los Zanahorios. — los pelirrojos sonrieron divertidos.— Soy prima de don Cicatrices Potter, porque en mi dimensión James tenía una hermana y ella se enamoró de Sirius. Y sí, me tuvieron a los 18... Digamos que fui una sorpresilla.

La tercera persona se trataba del único chico del lugar. El chico del cual Ginny no había despegado su mirada ni un segundo desde el momento en que Dumbledore lo señaló.

— Me llamo McKenzie Black. ¿Por qué? Porque mis padres se enteraron que McKenzie era un nombre unisex y decidieron aprovecharse de ello. Claro que nadie, gracias a Merlín, me llama así. Todos me dicen McEn. Estoy en Gryffindor, tengo 14 y hasta el momento mi mejor amiga ha sido siempre Ginny. — la pequeña pelirroja se sonrojó un poco— Porque el resto de la gente sigue con miedo de que los asesine mientras duermo.— se encogió de hombros— No entiendo por qué creen que me importan tanto como para desperdiciar mis horas de sueño en ellos. Pero bueno.