Mientras en el gran salón las chicas discutían sobre si era legal o no que Lylily estuviera embarazada, Severus cometió el error de salir de la junta de la Orden en la que se encontraba previamente.
— ¡NARIGONCÍN!— exclamó la pelirroja corriendo a abrazarlo.
Snape se quedó de piedra al ver lo parecida que era a Lily, sin embargo rehuyó a su contacto físico casi con asco.
Lylily hizo un puchero.
— ¿Te enojaste, Sevi?
Snape frunció el ceño.
— Le ordeno que mantenga sus hormonas separadas de su cerebro.— pidió con tono severo y arrastrando las palabras como de costumbre.
— Ay, no te pongas así, Sevi, que no sabes lo que te extrañé, rodeada de tantas traidoras de la sangre. Ya estoy lista para convertirme en un mortífago.
Severus la miraba sin expresión alguna, quién sabe qué estaba pensando en aquellos momentos.
Al parecer, a la pelirroja, la confusión de Snape le pareció simplemente irresistible por lo que se lanzó a darle un beso.— ¡WOWOWOWOWOOWOWOW!— saltó Leo, quitándole del medio justo antes de que ocurriera lo indeseado. — ¡Esas hormonas mujer! ¡Sí que te gusta la grasa capilar ¿Eh?!
— Me voy a retirar.— dijo Snape, claramente disgustado y asqueado.— Y espero no volver a verla cuando vuelva.
Sin más el hombre se marchó, dejando a Lylily llorando desolada porque el "amor de su vida" no lo recordaba.
— Por favor vámonos de aquí— le susurró Leo a George.— No soporto un lloriqueo más.
El pelirrojo asintió y le tomó la mano para desaparecer.
~~~
Remus y Sirius estaban en la biblioteca de Grimmauld Place.
Eran las 8 de la mañana y las clichés eran despertadas por Tonks y Molly a las 9.Remus se encontraba leyendo en un sofá tranquilamente y cada tanto levantaba la vista para ver cómo Sirius (ahora convertido en perro) mordisqueaba un hueso en el piso.
Entonces escucharon un suave "flop" proveniente de la habitación continua.
Ambos fruncieron el ceño, bastante seguros de que aún no era tiempo para que apareciera la siguiente oleada de hormonas en forma de adolescentes.
Con algo de miedo, ambos se aferraron a sus varitas y caminaron lentamente hasta la siguiente habitación y miraron por la puerta entreabierta esperando no ser notados.
Había cuatro mujeres completamente distintas hablando unas con otras. A excepción de la cuarta, que estaba recostada sobre un sillón mientras con una navaja tallaba algo en un pedazo de madera.
Un escalofrío recorrió la espalda de Sirius mientras reconocía sus caras. Eran las madres de sus hijos.
La primera era sin duda Lasaña Laseñora. Traía su larga cabellera rubia amarrado en un práctico moño y aún llevaba el delantal de cocina puesto. Sonreía divertida a lo que las otras dos mujeres decían mientras asentía con la cabeza, Sirius estaba seguro de que en realidad no estaba escuchando una palabra.
La segunda debía ser Anne Marie "Annie" Julsen, la madre de McEn. Tenía un rostro redondo y mejillas sonrosadas, ojos cafés oscuros al igual que su cabello corto que caía en perfectos rizos por sobre los hombros. Hablaba animadamente con la tercera chica.
Audrey Lupin.
Con su cabello castaño claro, en un pasado rubio, sus ojos color miel y una sonrisa tan dulce como el azúcar.
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Harry Potter Y El Cliché Interdimensional (sin editar)
Fiksi PenggemarVERSIÓN SIN EDITAR: Esta es la novela "original" la que escribí sin tener nada planeado y fui improvisando en el camino. Como todas las escritoras, la quiero mejorar, pero le tengo tanto cariño que lo haré en otra novela. Harry se despierta un día...