Capítulo 4

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Ginny salto sobre la cama de McEn. El chico, después de la conversación que había tenido con su padre, decidió distraerse un poco tocando guitarra.

Por suerte, Remus se había acordado de su afición y después de comprarle un helado a Camelia, le compró una guitarra a él.

— ¡Quiero que me termines de tocar la canción!— exclamó la pelirroja, logrando.

McEn la miró algo molesto, porque había interrumpido su versión de Blackbird.

— ¿Qué?

— Que siempre que te pedía que me termiras de tocar la canción, decías que no tenías una guitarra. Ahora la tienes. ¡Exijo mi canción!

McEn soltó un suspiro.

— Bueno, pero solo porque te quiero.

Una amplia sonrisa iluminó el rostro de Ginny y depositó un beso en su mejilla mientras el pelinegro comenzaba a tocar los arpegios en la guitarra.

—  Me gustaría que las estrellas en mi ventana...
Dibujaran las pecas de tu cara...
Pero me entristecería cada mañana...
Cuando el cielo dejara de hablar de tí...
¿Por qué crees que sonríe la luna? ¿Por qué crees que alumbra el sol?
Mi vida... Tú eres la razón
Así que déjame borrar las lágrimas de tu cara
Déjame escuchar una risa
Porque sin tí, mi amor, yo no tendría sonrisas.
Y cariño, baila si quieres...
Y cariño, grita si lo necesitas...
Yo bailaré con tigo y gritaré también si lo solicitas.
¿Por qué crees que sonríe la luna?
¿Por qué crees que brilla el sol?
Mi vida... Tú eres la razón.
Así que déjame borrar las lágrimas de tu cara.
Déjame escuchar una risa.
Porque sin ti, mi vida, yo no tendría sonrisas.
Mi vida, cuando te miro, las palabras se caen de mi boca.
Perdóname si balbuceo, pero es que te concidero hermosa.
Y sé lo que me dirás, por favor no me discutas,
que tú no sepas apreciarte, no significa que yo no deba hacerlo.
Así que mi amor déjame preguntarte
¿Por qué crees que sonríe la luna?
¿Por qué crees que brilla el sol?
Mi vida, tú eres la razón.

La última nota tembló en la desnudez del silencio. Y antes de que McEn pudiera decir algo, Ginny lo calló con un beso.

~~~

— Entonces ... ¿Tienes novio? —preguntó Axel mientras bajaba la escalera junto a Mayonesa.

La chica le dirigió otra de sus bellas sonrisas. Al parecer, todos los intentos que hacía el chico Potter de conquistarla, a la rubia le parecían increíblemente divertidos.

— No.

— Debiste romper muchos corazones en tu dimensión, entonces.

Ketchup soltó una carcajada y negó con la cabeza.

— Lo dudo mucho.

— ¿En serio me estás diciendo que nunca le has roto el corazón a nadie?

— En serio lo estoy diciendo.

— En ese caso, me ofrezco como voluntario para ser el primero.

Mayonesa se giró a mirarlo de manera coqueta, con una sonrisa burlona en los labios.

— ¡Mayonesa!— exclamó entonces una pequeña rubia. — ¡Ya deja de coquetear con el Harry 2.0 que hay cosas más importantes que hacer en estos momentos!

Harry Potter Y El Cliché Interdimensional (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora