Ya solos, Meliodas y sus hermanos intercambiaron miradas. Algo no le agradaba al rubio, Zeldris parecía molesto y Estarossa pensativo. - ¿Qué es lo que me querían decir? - Dijo Meliodas directamente.
- ¿Recuerdas a tu maestro, Chandler? - Preguntó Estarossa.
Claro que lo recordaba, él fue quien le enseñó todo lo que sabe y cuidó de él cuando era un niño. Pero también fue uno de los que quiso asesinar a Elizabeth con el fin de "regresarlo" a la normalidad, su viejo yo.
- Sí... ¿Qué tiene que ver él con esto? - Dijo Meliodas con cierta molestia, ese viejo le traía malos recuerdos.
- Pues él no solo es uno de los demonios más buscados, sino que tiene que ver con el intento de romper el sello de nuestro padre. - Dijo Zeldris serio. Sabía que Meliodas se enojaría, pero debía decírselo. - Él es quien va en busca de tu hijo. Quien mandó a los residentes del purgatorio por Tristan y, no solo eso, han asesinado múltiples veces a Elizabeth.
Zeldris y Estarossa sintieron la ira de su hermano mayor como una ráfaga de energía. Meliodas apretó los puños al escuchar las palabras del demonio de cabellos oscuros.
- Debes estar enojado, después de todo... Tú fuiste quien le perdonó la vida cuando se creó la alianza. - Dijo Estarossa suavemente, pues no quería iniciar una pelea, pero debía decirle sus verdades.
La taberna se mantuvo en silencio. Aun cuando el silencio predominaba, no había incomodidad, sino inquietud por la duda de Meliodas.
- ¿Cómo...? - Preguntó Meliodas, sin un rastro de emociones. - ¿Cómo se enteraron que fue él quien organizó este asqueroso plan?
- Zeldris fue quien se lo encontró en uno de los lugares a sellar. - Comentó Estarossa mientras despeinaba los cabellos negros de su hermano.
- Antes de que pudiera hacerle frente, ordenó a uno de los residentes a atacarme y huyó del lugar. - Resumió Zeldris su encuentro con Chandler. Golpeó la mano de su hermano para que dejara de tocarlo. - ¿Descubriste algo mientras peleabas con el residente que intentó llevarse a Tristan?
- Sí... Dijo que fue ordenado por el Rey Demonio... - Murmuró Meliodas pensativo. - Eso quiere decir, que Chandler tiene contacto con nuestro padre.
- Y también, que intenta romper el sello. Pero para que se haga de manera instantánea, necesita a tu hijo, Tristan. - Dijo Estarossa con algo de molestia. - Y yo que pensé que ya nos habíamos quitado a nuestro padre de encima.
- El rey Demonio es alguien duro de roer. Ya deberían saberlo. - Dijo Merlín con una sonrisa. Había oído toda la conversación, y entró al ver que necesitarían su ayuda. - Si logramos enfrentarnos a su maestro, capitán. Cortaríamos la conexión de su majestad, y podríamos sellarlo con otro sello.
- El sello que mencionaste en el clan, ¿si no me equivocó? - Recordó Zeldris sus palabras en el castillo. - Necesitaríamos a un miembro de los cinco clanes.
- ¡Y ya los tenemos! - Agregó Estarossa con una sonrisa. - El rey hada, Merlín, la gigante, uno de nosotros y Elizabeth.
- ¡Cierto! - Dijo Meliodas con alegría. - Parece que ya está solucionado.
- Te equivocas. - Negó Merlín, sonrió al ver sus caras desconcertadas. - Diane no puede hacer ningún esfuerzo por su bien.
- ¿Está enferma? - Preguntó Meliodas preocupado.
Un sonido de la puerta abriéndose llama la atención de todos menos Merlín, quien decide continuar con la conversación. - Si embarazada es una enfermedad para ti, entonces sí. Diane está embarazada.
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Lo que nos une
FanfictionDespués de tanto sufrimiento, Meliodas y Elizabeth comprendieron que la maldición continuaría... o eso es lo que creían. Elizabeth deberá entender que la vida sigue más rápido de lo que ella pensaba, y Meliodas a aceptar el hecho de que él tiene un...