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Era un nuevo día y el pequeño demonio, Drake, estaba sentado en la fuente del pueblo esperando a Tristan. Se encontraba pensativo, ¿cuándo regresaría su papá? ¿Por qué su abuelo era malo? ¿Cómo sería el bebé de Diane?

Sus pensamientos desaparecieron al escuchar una voz familiar. - ¡Lamento la tardanza!

Tristan se encontraba jadeando, aunque Drake no podía ver su rostro sabía que se encontraba cansado por haber corrido hasta aquí.

- Bien. Vamos a la taberna. - Exclamó Drake mientras se paraba para avanzar hacia el bosque.

- ¿Taberna? ¿No iremos a tu casa? - Preguntó Tristan, siguiéndolo.

- No, mi casa es un enorme castillo. Pero actualmente estoy viajando en una taberna sobre un cerdo gigante. - Dijo Drake con simpleza.

- ¡Cerdo Gigante! - Exclamó Tristan con emoción. - ¡Viajas de la misma manera que los siete pecados capitales!

- Pues sí, porque estoy viajando con ellos. - Comentó el pequeño demonio. - De hecho, uno de mis tíos, tío Meliodas, es el capitán.

- ¡¿El gran Meliodas?! - Gritó el enmascarado con emoción. - ¡Es genial! Mi mamá siempre habla muy bien de él.

Ambos niños se detuvieron en el centro del bosque, Drake por curiosidad de la emoción de Tristan y éste por no dejar de saltar de un lado a otro.

- ¿Conoces alguno de ellos? - Dijo Drake con curiosidad.

- ¡Sí! Quiero decir, no, bueno... Mi mamá los conoció y me ha contado muchas historias sobre ellos. ¡Son geniales! - Exclamó Tristan con entusiasmo. - ¿Puedo conocerlos?

Drake rió por la cara de su amigo. -Claro, pero solo conocerás a Diane. Todos los demás salieron de viaje.

- Oh, la señorita Diane. Mamá dijo que ella era muy bonita. - Comentó Tristan.

- Entonces, ¿unas carreras? - Le desafío Drake al niño cerdo.

Sin decir ninguna palabra, ambos niños se colocan en posición de alerta. Contando al mismo tiempo, hasta gritar. - ¡Tres! - Ambos niños salieron corriendo.

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Dentro de la taberna Boar Hat, Gelda se encontraban limpiando las mesas del lugar mientras se oían ruidos en la cocina.

- Diane, ¿segura qué no ocupas ayuda en la cocina? - Preguntó Gelda al escuchar mucho ruido.

- No, yo puedo sola. - Gritó Diane con alegría.

- Oye, Gelda. ¿Dime por qué estamos limpiando? - Dijo Hawk con un trapo en sus pezuñas. - Aún no es hora de abrir.

- Drake dijo que va a traer a su amigo, quiere conocerte. - Dijo la vampiro suavemente.

- Oh, ya veo. Así que quieren verme a mí, Capitán de las sobras. - Dijo el cerdo con orgullo. - Sé lo famoso que fui, pero aún me sorprendo que haya niños que me reconozcan.

El cerdo empezó a parlotear sobre sí mismo, Gelda al estar acostumbrada a esa faceta de Hawk simplemente asentía mientras continuaba limpiando.

El sonido de la puerta llamó la atención de los dos, en la entrada se encontraban entrando Drake junto un niño con mascara de cerdo. Gelda tomó los trapos que usaron para limpiar y los guardó en la barra.

- ¡Mamá! - Gritó Drake mientras corría abrazarla.

- Buenos días, perdón por la intromisión. - Murmuró Tristan caminando detrás del demonio.

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