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¿Horas?, ¿minutos?, ¡¿Cuánto tiempo voy a estar aqui?!

No puedo más, saldré de este lugar de una vez por todas. Me levanté cuidadosamente sin hacer un solo ruido que alertára al zombie con cuernos de diablo(? y caminé silenciosamente hacia la puerta abriendola y comenzando a correr. Estuve al menos unos cinco metros de la casa en donde estaba, necesitaba un descanso, pero no.

La situación en la que me encontraba era pésima; primeramente porque es de noche, segundo hace mucho frío que en algún momento podría morir con hipotermia y tercero puedo toparme con cualquier otro zombie en el camino y morir siendo devorada los sesos, a no ser, que camine sigilosamente y me concentré.

—...Tengo que encontrar la entrada hacia el otro lado—pensé para mi misma, mientras seguía con mi camino.

Pero al parecer la suerte no estaba de mi lado, un zombie que se encontraba cerca me detecto alarmando a otros, nada puede ir tan bien. Intente correr, pero no podía, si lo hacía probablemente me seguirian hasta alcanzarme. No pude hacer nada más que acelerar el paso y esconderme en uno de callejones.

Mi sangre se heló al sentir una mano en mi hombro, regresé a ver y me topé con el rostro del zombie con aquellos cuernos que formaban su cabello, demasiado raro para mi gusto.

Me asusté que iba a gritar, pero me tapé la boca en aquel instante; gritar no serviría de nada, ya que eso alarmaria a los otros que se encontraban cerca y solo nos ocasionaría más problemas de los que tenemos.

—Te dije...Fuera...Peligro—dijo con un tono de enfado aquel zombie que tenía frente a mi.

Me agarró de una de mis manos comenzando a llevarme de vuelta a su hogar, no me interpuse, estaba en peligro de que me coman los sesos así que por mi estaba bien. Cuando llegamos, me senté en uno de los muebles color rojo sangre, demasiado llamativo, frente a este se encontraba una mesita que era decorada por un florero con decoraciónes de rosas a su alrededor y sus flores estaban putrefactas, parecían que nadie las habia cuidado en años...literalmente.

Miré al zombie que tenia en frente, este no dejaba de mirarme lo que ocasionaba que me sintiera en algunos momentos incómoda y el silenció que nos acompañaba no ayudaba. Tenía que decir algo, aún no entiendo porque este zombie me protege de los de su especie, no me ha hecho daño desde que llegué...Él se ve diferente.

—...Oye—llamé su atención, aunque aquello no sirvió ya que él ya me estaba mirando—, sé que no hablas mucho pero me disculpo por...bueno amenazarte con el cuchillo de mesa y escapar de este sitio.

No hubo respuesta a aquello, me sientó incómoda al hablar con un zombie.

—Mi nombre es T/N y quisiera saber...¿cuál es el tuyo?—pregunté nerviosamente por el silenció que existía entre ambos.

Hubo más silencio de lo que ya existía entre ambos, me incómode, pero aquel silencio fue rompiendose poco a poco por unos gruñidos que salían de la boca del zombie que tenia enfrente. Era como si intentára hablar.

—...T-Tord—logré escuchar aquellas palabras que retumbarón en el salón, es la primera vez que hablo con un zombie

—Así que te llamas Tord ¿verdad?—recibí un asentimiento como respuesta, me siento una completa loca al estar hablando con un zombie; es como ver a tú vecina hablandole a su florero—. Tienes un bonito nombre Tord.

No hubo respuesta, decidí que era mejor ir a descansar y esperar a que los rayos solares decoren el lugar, me sentía nerviosa por el hecho de que un zombie me este cuidando como si de algo especial para él tratará.

Pensadoló bien, sería algo bueno pero a la vez malo solo por el hecho de que me este cuidando para luego devorarme de un bocado ¡Ugh! Mejor ni lo pienso o Tal vez sacaría una ventaja de esto, pero sería muy cruel de mi parte.

Me levanté de donde me encontraba aún recibiendo la mirada de Tord, le dijé que iría al piso de arriba para descansar y él solo asintió. Estoy empezando a creer que estoy hablando con otra persona...viva.

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Observé como ella se alejaba al subir una por una las escaleras de la casa decidí dejarla sola, ya que al parecer la incómodaba mucho con mirarla, pero el problema es que no puedo evitarlo...ella es hermosa.

Sentí mi estómago dar vueltas—no por hambre—y mi pecho doler no entiendo que está ocurriendo, pero al parecer no es bueno.

¡¿Qué esta ocurriendo conmigo?!

Al dejar esos pensamientos de lado, decidí sacar aquellos restos de los sesos de uno de los soldados que había guardado en el bolsillo de mi sudadera roja. Cuando los saqué me dispusé a comer, tenía hambre, y no quería ni por un paquete de mil cerebros atacarla a ella.

El sabor de cada pedazo era exquizito, con cada sabor podia observar los recuerdos del dueño de esto y así cada vez que lo hacía me sentía vivo.

Logre ver como aparecía en un lugar lleno de flores y animales por doquier acompañados por la suave brisa del viento y el río, al frente observe al dueño de la comida, estaba sentado en el pasto con alguién, al parecer era una chica pero esta tenia un cabello rizado rubio. Al verme solo sonrió ocasionando que la chica también lo haga, observé a la chica era linda, pero no se comparaba como T/N claró que no, sus fracciones en su rostro eran demasiado diferentes a los de ella.

Observé mi cuerpo, ya no tenía aquellos colores verdes que lo hacían ver putrefacto, y a su vez sentía un palpitar en el pecho.

—¿Tan buen sabor tiene mi cerebro?—bufó el chico de cabellos rubios, mirandomé con gracia, sacandome de un tránse.

—De hecho, si lo tiene—respondí acompañandolos con un risa.

—No es la primera vez por la que pasas por esto ¿verdad?—dijo la chica con una de sus cejas arqueadas.

—Si, ya he pasado por esto—respondí agachando un poco mi cabeza mientras los miraba dar una pequeña pero inaudible risa departe de ambos.

—...Y ¿Por qué lo sigues haciendo?—preguntó la chica derrepente— Se ve en tu rostro que no quieres hacerlo.

Esa pregunta me tomo por sorpresa, no sabía que responder. Ella tenía razón, nunca quize hacerlo, pero mis instintos me llevaron a eso. Observé como el chico le daba un pequeño beso en una de las rosadas mejillas de la chica provocando que se quejé por la vergüenza.

—¿Sabes qué?, es mejor que regreses con tú chica y la protejas, al parecer algo se acerca—advirtió moviendo las manos en modo humorístico y a la vez peligroso, lo que ocasionó que me asustará un poco—. Nos vemos prontó Cuernitos.

Cuando regresé a la normalidad observé mis manos quienes volvian a tener aquel color verde que la diferenciaba entre carne viva y la cuagulación de la sangre con otra que estaba en el estado de putrefacción. Toqué mi pecho, no sentía aquel palpitar, no dijé nada y me dispuse a regresar a aquel lugar apartado de los muebles.

Aquella preguntá me habia dejado sin palabras. No entendía que estaba ocurriendo.

▪C O N T I N U A R Á▪

-latomatito-

Los amo a todos :")
-c va corriendo-

I'M A ZOMBIE [Zombie Tord Y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora