XVIII

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•6:00 pm•

Con suavidad y lentitud bebí un poco de la taza de café que Edd me había ofrecido, su sabor era agrio, pero a la vez reconfortante. Mi mirada estaba perdida, pensaba mucho en las múltiples cosas que me había ocurrido esos últimos días y en la historia que mi amigo me contó sobre aquellos murmullos del que mi padre ya no era el líder de la armada.

Edd se encontraba frente a mi, por como su mirada estaba me supongo que pensaba mucho en lo que había dicho hace algunas horas. Miré como suspiró y se levantó sin decir nada más para después dirigirse hacia su habitación, creo que estaré sola por un largo tiempo.

Con la cabeza un poco gacha me levanté de mi asiento, dejando la taza de café en la mesita de al frente, y caminé hacia la ventana, podía observar como el sol con cada pasar de los minutos iba ocultándose cada vez más entre las frías mantas de la oscuridad; podía sentir como el viento hacía que mi cabellos flotaran y se movieran suavemente acariciando mi rostro. Cerré mis ojos con la meta de poder relajarme unos momentos, pero no logré concentrarme pues al abrir mis ojos nuevamente miré como las mujeres, niños y soldados corrían hacia una dirección probablemente asustados o sorprendidos. Escuché a Edd abrir la puerta de su habitación bruscamente para después decir algo alarmado y a la vez emocionado.

- T/N, ¡ya volvieron! -gritó.

- ¿Qué? ¿Quiénes volvieron? -pregunté con demasiada duda.

- ¡Los soldados, Tú padre y Patryck, deben haber encontrado a la amenaza del otro lado! -gritó corriendo hacía mi con lágrimas en sus ojos y a su vez abrazándome con fuerza- ... Por fin estaremos a salvo.

Me quedé estática, ¿A qué se refería con amenaza del otro lado? Quedé por unos minutos pensativa, hasta que llegué a una conclusión.

- ...Oh no, Tord. -murmuré preocupada sintiendo como Edd se alejaba algo sorprendido por lo que escuchó.

- ¡T/N, espera! -escuché gritar a Edd mientras comenzaba a correr en dirección hacia la salida.

Corrí y corrí lo más que pude, empujaba a cada persona que se metiera en mi camino, corrí hasta llegar e integrarme al gran muro de personas que rodeaban a los soldados recién llegados. Cuando las puertas se cerraron, y el nuevo líder, que se había quedado entre nosotros para controlarlos desde detrás del muro, se presentó frente a ellos.

- ¡Mi querida gente, frente a ustedes se encuentran los héroes de nuestra ciudad! -gritó mientras señalaba a los soldados tras de él, la cual, algunos eran atendidos por doctores y enfermeras por las grandes heridas que poseían- ¡Ellos nos han traído, para eliminar definitivamente, a las monstruos que nos han amenazado y han asesinado a muchos de los nuestros!

Miraba silenciosamente como la gente gritaba y otras lloraban al ver a sus seres queridos estar heridos; al lado del líder se encontraban los del primer ministro, sus rostros mostraban neutralidad y a su lado también se encontraba la científica más reconocida de nuestro país por varios años quien también tenía una mirada neutral.

- ... ¡Pero hoy, será el día en que nuestra gente será vengada. Hoy, será el día dónde estos monstruos morirán y su sangre será la que vengará a todos nuestros soldados caídos en batalla! -la gente gritaba apoyando al líder, mientras que de los camiones sacaban violentamente a muchos zombies amarrados con cadenas en sus cuellos y en sus brazos, eran demasiados, pero en ningún momento observé a Tord entre ellos- ¡Hoy será el día del que saldremos de la oscuridad de estos muros!

I'M A ZOMBIE [Zombie Tord Y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora