Espejo | #02

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Diana quiso levantar a Louis, que todavía se encontraba en el piso.

—Louis, esto no puede quedarse así, tenemos que hablarlo con mamá y papá. No tengas miedo sólo...

— ¡Déjame, Diana! — se zafó bruscamente del agarre de su hermana —. Este es mi problema, yo entré solo y yo puedo salir sólo si quisiera. No necesito ningún tipo de ayuda.

Hayden miraba la escena con los ojos abiertos, no sabía si su vista  se le nublaba por no haber parpadeado o por el dolor que sentía ahora mismo.

— ¡Entiende, Louis! ¡Maldita sea, estás enfermo! ¡Te puedes morir! ¡Qué no lo entiendes! — se pasó las manos por la cara —. Estás realmente equivocado si crees que no diré nada. 

Hayden salió de su trance luego de escuchar a Diana gritar, cuando ella iba a agregar algo, la paró.

— Cálmate, Diana. Cuánto más le grites más a la defensiva va a estar — ella suspiró, Hayden miró a Louis con seriedad —. Hablemos un momento a solas, amigo.

Con dudas, Louis lo siguió hasta la sala, dónde se sentaron en el sofá. Hayden cerró los ojos e intentó calmar sus emociones, mientras que su amigo sólo miraba el piso.

— Dilo — dijo Louis, y su amigo lo miró con el ceño fruncido —. Gritame, dime que me voy a morir, que lo que hago está mal, golpeame si quieres.

— No te voy a gritar, Lou. Aunque sí tengo muchas ganas de golpearte por idiota — lo giró hacia él —. No me vas a creer si te lo digo, pero sé lo que sientes y lo que piensas. Cómo te ves y odias, pero sí tendrás que creerme si te digo que me importa poco y nada si no quieres mi ayuda. La necesitas, y quieras o no, la tendrás, y no sólo mía, Diana y los señores Prescott estarán contigo. 
» Sabes que no quieres hacer esto, pero te niegas a aceptarlo — lo abrazó como si fuese a escapar —. Te juro que saldremos de esta, juntos.

Sintió el leve sollozo de Louis, recordando que él también tenía esa misma mirada perdida hace algún tiempo.