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Louis estaba sentado de manera despreocupada, casi como si estuviera desparramado, en la soledad del banco de la parada de bus para ir a su secundaria. Su mirada en una mezcla de fastidio y tristeza.

No quería ir.

Se rehusaba a atravesar las puertas de esa institución. Simplemente no se sentía listo para empezar la semana. No quería ver a sus compañeros, no quería ver a los profesores, tampoco su banco ni el lugar en sí.

Odia esa lugar. Nunca sintió que terminó de acoplarse.

Se acomodó la bufanda roja. El invierno había atacado con fuerza, junto con las fuertes tormentas que hubo esa semana. El suelo aún estaba mojado, los charcos de agua intactos, las nubes igual de grises y Louis pensaba que su corazón se sentía igual de triste que el día.

Se para y decide irse caminando esa vez, sintiendo miedo de llegar tarde porque llamaría la atención de sus compañeros y eso es lo que menos quiere hacer, pero ignora la sensación de ansiedad para seguir avanzando.

No entiende por qué se siente tan desgraciado; porque cuando está bien, un repentino bajón de felicidad y vitalidad aparece de la nada, llevándose todo de él. No lo entiende. Un sentimiento tan incómodo de vacío que no se va no importa lo que haga, entonces quiere hundirse en su miseria, porque aunque sabe que está mal, hay veces que no puede evitar la comodidad falsa que le ofrece la oscuridad.

Perdió la cuenta de cuántas veces hace un pasado decía estar bien cuando no era así, porque hacerlo era más fácil que intentar explicar por qué no lo estaba. Se volvió de una manera aterradora una costumbre, saliendo automáticamente aunque no quisiera.
No saber describir lo mal que se encuentra lo hace sentir peor. Sabe que está haciendo avances, que está en el buen camino, que lo está haciendo genial, de hecho, entonces; ¿por qué se siente tan mal? La desesperación lo ataca sin piedad y quiere salir corriendo a algún lugar en donde ni sus propios pensamientos puedan molestarlo. Se dice que todo va a estar bien, que va a pasar, pero le cuesta mucho creerse.

La guerra contra él mismo apenas está comenzando y más de una vez la idea de rendirse sin dar pelea lo atacó, pero sus aliados no lo dejarían.

El sonido de notificaciones de su celular lo hace detenerse, meditando si fijarse o no, porque la verdad estaba más interesado en buscar una respuesta en sus pensamientos, pero de todas formas termina por hacerlo. Era Hayden.

Haydennn
En línea.

Ya llegué yo, el
Wordwide handsome

Voy a llegar tardeeee :c

El bus en el que iba chocó
con un auto y nos hicieron
bajar a todos.

¿Qué? ¿Estás bien?
¿Dónde estás?
✔✔

Un momento, no
tomas bus para ir,
¡vives a diez calles! >:0
✔✔

Bueno, la verdad es
que iba a tu casa para
que nos fuéramos juntos,
pero ya ves, m pasa por lindo seguro

Espejo | #02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora