|22|

32 5 5
                                    

— Hayden — habla Vanessa —. Hace bastante tiempo que te noto mucho más relajado en relación a muchas cosas, ¿a qué crees que se deba? No me malinterpretes, me alegra mucho verte así.

— Uh, no sé... — se encoje entre sus hombros —. Es como que ya nada me importa — responde con duda en su voz, sin estar completamente seguro —, digo, no es como antes, desde un perspectiva negativa, ¿entiende?

— ¿Podríamos decir positiva?

— Ay, tampoco lo sé — ríe tímido —. Podríamos decir que sí si quiere, no tengo ni la menor idea. Siento que ya caí tan bajo a nivel emocional y físico, es decir, ¡me morí por unos segundos hace unos años! Dios, en serio estaba loco — suspira sorprendido, como si el Hayden de hace unos años fuese otra persona —. Es como que mi mente puso un bloqueo a las preocupaciones innecesarias, no entiendo. 

— Yo creo que más bien, es que sí te preocupas, pero solo con las cosas que valen la pena. ¿No crees? — se reacomoda en el sillón —. No creo que sea nada malo o como para preocuparse, ¿y sabes qué? Todo esto, que hayas llegado hasta este punto sano es totalmente merito tuyo. Tú eres el que viene todas las semanas a trabajar en ti mismo. Mírate hace un tiempo, no podías ni mirarme a los ojos cuando hablábamos, ¡ahora hasta haces bromas! — sonríe, contagiando inmediatamente a Hayden —. Estoy orgullosa, y tú también deberías estarlo. 

— Sí... de hecho, creo que lo estoy — juega con sus manos —. Quiero decir, superé la bulimia. Joder... — agrega, sintiendo el verdadero peso y significado de sus palabras —. ¡Superé la bulimia! Wuah, soy genial. 

— ¿Qué piensas tú, Hayden Roller? 

—Que soy realmente fuerte por ganar una de las batallas más difíciles; contra mí mismo. 

— Yo también lo creo — lo mira con cariño, sintiéndose aliviada —. Es triste, creo que este es nuestro adiós. 

— Prometo que la próxima vez que vuelva, será solo como visita, y no como paciente.

El reloj marca las siete en punto, dando por finalizada la última sesión que tendría. Hayden abandona el consultorio con un gran miedo e incertidumbre al saber que ahora comienza una nueva etapa en su vida; pero también se siente hambriento por saber qué le deparará el futuro.
No puede saber si tendrá situaciones difíciles en unos años o incluso mañana. Por un segundo, se imagina miles de escenarios catastróficos, pero para su ansiedad por lo que hay más allá al recordarse a sí mismo que el mañana no le pertece, el presente es lo único de lo que puede tomar riendas.
Se siente raro, pero no necesariamente desagradable.

Mientras sigue caminando por las calles de su ciudad, el sol aún presente por el verano, revisa su celular al recibir un mensaje.

Lou 😎
       En línea.

Diana me enseñó
a hacer galletas de
chocolate, oh damn,
soy demasiado genial

JAJAJAJ
✔✔

No creo que galletas
quemadas sean sinónimo
de comestibles 😔
✔✔

¡Nunca dije que lo eran! >:c

Bueno, la verdad no
lo sé, todavía no las probé.
Mi vida es muy importante

😃
✔✔

Como sea, ven a casa a
comerlas conmigo. Te
recuerdo que tenemos
una serie que terminar
👀

Por cierto, hay helado
por si las galletas fallan

Y ahorrate los comentarios,
Bobo

JAJAJAJ, voy, voy
✔✔

Por cierto, últimamente te
he visto más delgado, me
preocupé bastante, pero
también vi que recuperaste
peso, eso me alegraaa


✔✔

Pero ya estoy bien 😎
✔✔

— Muy bien — sonríe —. Que las galletas sean comestibles, por favor.

Tentandose en algún que otro momento, se dirige a la casa de su mejor amigo, listo para recibir otra buena tarde con él, deseando y asegurándose de que habrá muchas más.

Ah, la vida es bella.

----------------------------

Espejo | #02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora