Espejo | #02

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— ¿Qué tú qué? — preguntó Louis incrédulo, sin entender y empezando a sentir ansiedad.

Hayden se llevó la mano a la nuca, eligiendo con cuidado sus palabras.

— Uh... eso. Sé que es un shock muy grande para ti, pero creo que este es el momento para decírtelo. Amigo, tuve bulimia por un año.

No sabía cómo iba a reaccionar su amigo, esperaba preguntas o algo así, pero no se espero recibir un golpe.

— ¡Idiota! — gritó —. ¡¿Acaso te estás burlando de mí?! — las lágrimas se resbalaban por sus (ya no tan) flacas mejillas —. ¡No tienes idea de por lo que estoy pasando! ¡Nunca tomas algo en serio!

Hayden no pudo evitar sentirse herido por sus palabras, ya que esa pequeña culpa de no contarle siempre estuvo presente. Pero por otro lado entendía que Louis se sintiese traicionado y atacado. Ya que en un pasado él también era así.

— Lou, cálmate — se acercó a su encolerizado amigo, tomándolo de los hombros para evitar su huída —. Créeme que entiendo cómo te sientes, en serio lo hago. Pero nunca te lo dije porque fue algo muy duro para mí, sentía mucha vergüenza de mi enfermedad y llegué a estar bastante jodido. Era un niño idiota de doce años, pensaba que si te contaba mi experiencia en algún punto de tu vida que este realmente mal, podría ayudarte si yo mejoraba, porque podrías ver qué ahora estoy bien. Tú me lo prometiste, seguirías mis pasos, bueno, no los primeros. Pero los seguirías. Mírame — lo sacudió levemente y se señaló a sí mismo —. Estoy bien ahora, sano, estoy vivo.

Louis se quedó en silencio unos minutos, procesando lo que su amigo le estaba diciendo. ¿Entonces sufrió bulimia en su preadolescencia y nunca le dijo nada porque sentía vergüenza? No lo culpaba de ello, ya que él a veces sentía vergüenza de su anorexia. Pero nunca se lo contó porque quería mejorar y ser el de antes, y que si él estaba mal demostrarle que se podía salir.

Sonrió.

Hayden es tan especial para expresar su cariño.

— Lo siento — dijo y lo atrapó en sus brazos, sollozando —. Debiste sufrir mucho.

— Ya, ya. Es el pasado — correspondió el abrazo —. Maldito, has recuperado fuerza por lo que veo — dijo llevando su mano a la mandíbula. Louis rió.

Quizás, y solo quizás, ahora tenía un poquito más de ganas de salir adelante.