Me removí entre las tibias y suaves sábanas de mi cama, sin querer despertar del todo esperando que esa maldita alarma no sonara aún, y como si lo hubiera invocado con la mente sucedió; la alarma sonó y mi mente terminó de despertarse, me erguí y me senté en el borde del colchón viendo justo hacia el infinito durante varios minutos, despertar en las mañanas era un verdadero sacrificio para mi.
Luego de unos minutos así, me levanté y me dirigí hacia el baño, mojé mi cara y me vi en el espejo de éste, ¡Joder! Parecía un zombie en realidad, eso era típico en mi; por las noches no podía dormir y en el día moría de sueño.
Terminé mi ritual mañanero y me encaminé rumbo a la universidad, tenía clases temprano ese día, en el pasillo me encontré con mi mejor amiga Lorena.
—Hola Dulce toma, tu café con leche calentito y dulce como te gusta —me saludó y la apapaché en agradecimiento.
Ella me conocía bién sabía que había trasnochado; pues había "trabajado" nos conocíamos desde la secundaria, mi inseparable y mejor amiga era mi hermana por elección ya que yo era hija única siempre fuí solitaria por ser "rara" en realidad no era así, no era como una especie de nerd o algo así. Solamente me costaba tener que socializar con personas desconocidas; llevaba mi vida tranquila, sin complicaciones y así me gustaba.
—¿Qué tal te fué? Lamento no haber podido ir a verte en tu «espectacular noche» —añadió Loren.
—Pues espectacular ya lo dijiste, ¿qué esperabas? —le dije con sorna.
—Ya tonta, cuéntame que esta semana si te acompaño sin falta.
Luego de la clase de finanzas a la que nos habíamos sometido, aguantado y sobrevivido hasta el final nos dirigimos a la cafetería a comer algo o era capaz de convertirme en caníbal y acabar con el que se me cruzase en el camino.
—¿Qué pasa contigo Lorena, apúrate no ves que ya mismo me desmayo de la maldita necesidad de devorar un sandwich?— le dije al ver que no avanzaba.
—Cállate loca, ve hacia las 3:00— dijo ésta entre dientes.
—¿A donde tengo que ir a las 3:00, me llamas loca y la que está de atar eres tú.
Miré a mi amiga perpleja, entonces oí su voz, esa dulce y tierna voz; que fué capaz de hacerme sentir un cosquilleo en la espalda.—Hola, soy nuevo aquí, estaba por ir a la cafetería pero ya me perdí. —Dijo él con una sonrisa de lado, de las que mi amiga les llamaba "moja bragas".
—Disculpen, mi nombre es Chris, Christopher Uckermann —añadió éste, extendiendo su mano hacia Loren que luego reaccionó y se la dió de lo mas emocionada, segundos seguidos; a mí. Que se la ofrecí sin notar que estaba sudando.
—Ven con nosotras estamos yendo para allá ahora mismo. —Traté de sonar segura, en cambio creo que sonó mas como un chillido de un gato con una pelusa en la garganta.
—Muchas gracias, de verdad —habló el luego de casi una inspección corporal hacia mí.
Provocándome escalofríos, cosas raras y desconocidas para mi, sin imaginar que eso no sería absolutamente nada comparado con el torbellino que éste desataría.
Hola, soy nueva en esto. Pero tenía esta espinita clavada a cerca de esto y pues aquí estoy tratando de hacer algo con estas ideas locas de mi cabeza, espero le den una oportunidad, de antemano; GRACIAS.
Besos Fran.
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Dulce Perdición
FanfictionElla tenía una vida práctica y sencilla, sin problemas, sin rendirle cuentas a nadie, con un espíritu libre y muy propio. Él con muchos sueños y metas, amante de la música y por lo tanto alguien sensible y noble de corazón. Ambos creían sus vi...