Cap 14

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El día martes por la mañana me encargué de acomodar lo que tenía, mis libros, cuadros, y ordenar mi ropa en el armario. Por la tarde Lorena pasó a buscarme luego de la universidad para ir a comprar el auto, no me costó mucho elegir a decir verdad estaban muy bonitos todos, pero yo quería un auto normal, nada ostentoso. Me encantó, me enamoró un Sedán de color rojo, Loren dijo que me vería bien en él, pues hacía juego con mi cabello. Fuimos a tiendas especializadas en el mantenimiento del hogar, compramos todo lo que necesitaba desde almohadas, cojines, sábanas, cortinas, adornos, utensilios de la cocina hasta hacer la compra del súper, lo poco que había salvado no me alcanzaba para nada. Nos dividimos la carga y fué buena idea ir en los dos autos porque en uno solo no hubiera habido espacio suficiente, ese departamento se merecía estar bonito, alegre y no así tan vacío y sin vida, sería mi nuevo hogar.

Christopher llegó después a ayudarme con lo que debía utilizar escalera, clavos y martillo. El se encargó del trabajo pesado mientras nosotras acomodábamos todo. A eso de las nueve de la noche ordenábamos comida y cenamos viendo televisión. En media hora más dejábamos todo en orden y ellos se marchaban.

Dormí como bebé anoche, tras su marcha me fuí a dormir, habían sido dos días de mucho ajetreo y eso era lo que mas se me apetecía, mi sueño fué tranquilo, me gustaba sentirme así, en paz, en tranquilidad, me gustaba tanto la relación que estaba forjando con Chris, no era algo serio, no era algo que tenía nombre sólo era algo que sentía y que me llenaba.

Me sentía mal al no ser completamente honesta con él, no porque me sintiera en obligación, si no porque él si lo había sido conmigo, me sentía en deuda por aquel acto que no había sido mutuo, mientras él me confesaba que había besado y sentido cosas por otra, yo no tuve el valor de decirle que esa otra era yo. Que esa mujer que le llamó tanto la atención hasta llegar a tener el gesto de regalarle flores y hasta besarla era yo, haciendo lo que más amaba, haciendo lo que me hacía sentirme bien conmigo misma, rompiendo los esquemas y parámetros de mi padre. Esa era yo.

Y aún así, con toda la carga que sentía sobre mi por él, la sensación de paz no se iba de mi, cerraba mis ojos y recordaba la manera en que me mira, en que me besa, hasta la manera en que me toca, con sus tibias y grandes manos, su tacto es suave y fuerte a la vez, cuando me acaricia logra, estremecerme, he llegado a pensar que el sexo con él sería maravilloso, en su manera tempestiva de besarme y abrazarme, no hay duda de que sería un gran amante.

Mi miércoles se presentaba y estaba lista para regresar a clases, conducí hacia la universidad me sentía feliz por al fin tener un auto. Encendí el estéreo y puse mi lista de reproducción favorita, cantaba a todo pulmón y reía como estúpida, que bien se sentía tener mi propio auto. Podría comer en el, tenerlo lleno de bolsas de golosinas y refrescos. No lo haría siempre pero, sólo lo haría por saber que se sentía. Es de locos lo sé, pero así soy yo, no encajo con lo común y tampoco busco encajar.

Estaba en el estacionamiento, tomé mis bolso, me vi en el espejo retrovisor, tomé las llaves y salí, cerraba la puerta del auto cuando sentí que unos brazos fuertes me tomaban por detrás y me tapaban la boca con una mano. Mi respiración se descontroló, me empecé a desesperar y forcejear quería gritar y no podía—Si gritas, te como a besos aquí mismo.

Me soltó y me di la vuelta —eres un maldito estúpido Christopher casi me muero del susto. —le gritaba mientras lo golpeaba— ¡cómo me haces esto! te mato Christopher. —empezó a correr riendo al rededor del auto — ven aquí, que te mato.

—mátame pero a besos mamacita —me gritó detrás del auto donde estaba escondido. No sabía si reir o llorar. Empecé a caminar yéndome del lugar enojada.

—Dulce no te vayas sólo era broma. —al ver que no me detenía, comenzó a seguirme. —vamos Dulchi no puedes enojarte por eso.

—claro que si puedo papacito. —dije lo último imitando el tono de voz que uso él conmigo.

Dulce PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora