Cap 19

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Sus labios sobre los míos me daban un poco de paz en medio de mi tormenta emocional, transmitiéndome el cariño y la dulzura que estaba en el ambiente en ese momento que se mezclaba con mi sufrimiento interno, lo merecía, lo sabía y aún así no lo quería.

Mis ojos derramaban lágrimas y sentía que me quemaban el alma como si fuesen un ácido corrosivo que me carcomía lentamente, quería hablar quería asincerarme con el pero no podía, no cuando el me besaba así, mis manos recorrían su espalda pasando levemente por sus hombros y brazos, besando delicadamente sus labios casi como roces cargados de terneza desde el fondo de mi corazón.

Chris se separó de mi cortando el beso, parándose frente a mi y bajando el rostro —me siento sucio, me siento impuro, no sé en qué me he convertido, me fallé, no puedo permitir que esto siga así, ve como estás te hice daño, yo no puedo estar más así necesito sacar esto que tengo aquí Dul —dijo tocándose el pecho con el dedo índice presionándolo con fuerza contra su piel.

—¿y que harás? Yo no te estoy juzgando, no quiero que te juzgues a ti mismo, Chris tu vales más que lo que hiciste anoche, haz de cuenta que no pasó y olvídalo, sigue adelante. —traté de hacerlo cambiar de opinión de como se veía a sí mismo, tomando su rostro en mis manos propiciando suaves caricias tratando de relajarlo.

—no te merecías lo que hice. —sus ojos estaban cristalinos y mi alma más rota que nunca. Me sentía una mierda de persona, yo no podía seguir así tenía que hablar, o nunca me lo perdonaría a mi misma, no podría vivir así.

—Chris yo... Tengo que decirte algo, es que no puedo, ¡demonios! —dije halando mi cabello estaba desesperada, sabía que mandaría todo a la mierda, lo iba a perder para siempre, por engañarlo así, por no hablar con la sinceridad que el me había ofrecido y que yo por cobarde no puede corresponder—. Cariño yo no he sido completamente, —no pude terminar de hablar porque sus labios succionando los míos no me lo permitieron, me besaba angustioso y no hice nada mas que devolverle el beso, me había quitado el impulso de hablar, todo el valor que había tomado segundos atrás se había esfumado con aquel beso arrebatador lleno de sentimientos desiguales por parte de los dos, ¿como iba a seguir sin él?, ¿como haría para seguir ocultando esto que me estaba llevando al abismo del infierno de la maldita culpa?

—Dulce quiero quitarme este mal sabor de boca, necesito hacer pasar este trago amargo, necesito limpiar mi alma y mi mente y no puedo si estoy contigo.

—¿de qué hablas? Sabes que puedes contar conmigo y sacar todo, te apoyo.

—no entiendes, tengo un nudo aquí atravesado, —dijo Chris tocando su garganta—, necesito mi guitarra, necesito desahogarme. Necesito llorar. —añadió con la voz quebrada. Yo no podía ser así, yo no era alguien cruel, sin corazón y calculadora. Yo lo amaba y aunque aquello me costara mi felicidad, no podía seguir cometiendo los mismos errores.

—ella, soy yo. —dije así sin más bajando el rostro, tratando de que él pudiera entenderme y no andar con más rodeos, aquello me estaba matando lentamente y no podía arrastrarlo conmigo. Lo vi dar un paso hacia atrás con el rostro desencajado.

—¿qué dices? No logro entender a qué te refieres.

No podía hablar, mi lengua era pesada y sentía que no podía moverla para articular alguna palabra, caminé hacia mi habitación y de una gaveta saqué la peluca negra colocándola sobre mi cabeza ocultando mi cabellera roja, así con ella puesta salí, él estaba sentado en el sofá cabizbajo y me planté delante de él con el corazón latiendo desaforado dentro de mi pecho, sus latidos taladraban mis oídos haciéndome sentir perdida.

Levantó su rostro a los cortos segundos de notar mi presencia viéndome a la cara con sus ojos desorbitados y un semblante de estupefacción en el rostro, sabía desde un principio que aquello no saldría nada bien, pero no creí hundirlo más, todo lo que habíamos construido con nuestras manos, lo destruí en unos momentos con mis pies, debía asumir las consecuencias de mis actos.

Dulce PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora