Me levanté temprano, demasiado temprano para mi gusto, pero tenía trabajos que entregar para las clases del lunes y además preparar un nuevo baile. Mi celular vibraba en la mesa de la cocina, pero estaba demasiado ocupada para atenderlo. Seguro sería Loren, mis papás no podían ser, ya había hablado con ellos en la mañana.
Luego de dos horas tomé un descanso, para hidratarme y comer algo, el reloj marcaba las 4:30 de la tarde, tenía media hora más para descansar y seguir practicando. Tomé mi celular, habían whatsapp's de Loren, Verónica y hasta Jose. ¡Dios! en Instagram tenía 3 mensajes de Christopher. Empecé a revisarlos uno por uno. Loren decía que iba a salir con Claudio preguntaba que si yo no tendría problemas con eso. Verónica me envió una foto de su nueva conquista, muy muy explícitas, ella era todo un caso. Jose me pedía ayuda en elegir su outfit de la noche. Por último tenía a Chris, tenía miedo de lo que fuera a decirme, con él las cosas eran inciertas para mi.
Abri los mensajes «hola Dulchi, ¿qué haces, tienes planes para hoy?» Sonreí ¿a caso estaba invitándome a salir?
El siguiente mensaje decía «si quieres paso por ti y salimos a bailar» me muero, esto no hoy por favor.
Y por último «vamos Dul, no me friendzonees, se que no soy el mejor pero tengo lo mío» me reí a carcajadas era un estúpido.
«oh, bueno, un poco más de modestia no te caería mal fíjate, no puedo, no es que no quiera tengo muchas cosas por entregar esta semana» envié excusándome, no podía salir con él, mi show era de diez de la noche a diez y media. No podía salir con él ni antes ni después.
«sal conmigo dos horas, por favor, ya te extraño» leí aquel mensaje con el corazón latiendo en mi pecho desaforado, me decía eso cuando anoche se saboreaba mi cuerpo no pensando que era yo si no otra.
«te la debo, para cualquier día de la semana, pon tu el día te lo prometo» envié el mensaje quedándome dubitativa de lo que pasaba conmigo, mi vida se estaba complicando demasiado.
«ya lo prometiste mi Dulcinea» reí al leer su mensaje él y su manía de llamarme de mil maneras. Aunque me encantaban todas, me encantaba él precisamente.
Después de prestar atención a mis amigos, levanté mi trasero del sillón a seguir con mi rutina del tubo, amaba esto, me sentía flotar en el aire. Era mi mayor pasión, eso era lo que pensaba.
Estaba afuera de mi edificio esperando el taxi, necesitaba un auto, lo hablaría con mis padres aunque no sería fácil de convencerlos lo intentaría, no podía seguir así saliendo sola por la noche, teniendo la posibilidad de tener uno, tendría que darles buenos motivos, odiaba que mi papá fuera así tan extremadamente testarudo.
Mi celular vibraba dentro mi bolso, lo saqué y observé la pantalla era Loren.
—hola, voy en camino hacia el bar, ¿cómo vas con el guapo?—¡me mato! Dulce, el estúpido de mi novio me trajo al bar de su madre, porque el otro más estúpido de Chris le llamó y le pidió que se vieran aquí. —llevé mi mano a la cara, desesperada esto ya no me estaba gustando para nada.
—tendré mucho cuidado no te preocupes, estaré muy atenta.
—estaré vigilándolos a los dos de cerca. Ahorita estoy en el baño, suerte hoy amiga.
Mi taxi llegó y tomé camino hacia mi trabajo, ¿por qué Christopher había querido ir allí? ¿Será por candy? Si es así es un maldito. Entré por la puerta trasera como siempre, me dirigí hacia el camerino, y me encontré con una sorpresa, en la mesita había un ramo de flores, tenía restringido todo aquel tipo de acercamientos con algún espectador ¿qué era aquello? Fuí directo y leí la tarjeta. De tu nuevo fiel admirador C.U
Me moría de celos y alegría, mi cabeza era un lío tenía sentimientos encontrados, hace un par de horas me decía que me extrañaba, extrañaba ¿qué? Los arrumacos que nos dábamos talvez. Porque con esto me quedaba claro, que era un maldito. No me cabía en la cabeza que eso me estuviera pasando.
Me terminé de preparar, el reloj marcaba 9:53 ya casi era la hora de mi show. Traté de alejar los nervios de mi, no podía dejar que su mirada me afectara, no podía dejar que él afectara mí vida.
Revisé mi celular por última vez. Loren me decía por mensaje que todo había estado bien, otro mensaje hace dos minutos que Chris había ido al baño y Claudio lo habia seguido luego. Pero que todo estaba normal. Tenía uno del causante de mis problemas de bipolaridad. «espero verte mañana en mi santuario, en nuestro santuario» ¿qué le pasaba, a caso quería volverme loca? O podía ser que lo que sentía por Candy era sólo eso, admiración.
Salí del camerino y mi cuerpo se topó con algo duro, otro cuerpo, —¡ay! —me quejé por el golpe.
—disculpa —dijo tomándome del brazo para ayudar a estabilizarme. ¡Rayos y mas rayos! Era Christopher, ¿qué diablos hacía ahí?
—no puedes estar aquí ¿ves? —dije señalando el letrero de solo personal autorizado, cambiando mi voz para que no pudiera reconocerme, aparte la música alta ayudaba un poco.
—disculpa, pero necesitaba verte de cerca, vine aquí por ti, desde ayer que te vi no has salido de mi cabeza. —dijo llevándose la mano a su cabello halándolo un poco, mostrando lo desesperado que estaba— el de las flores fuí yo, no me tengas miedo talvez parezca un loco pero no lo soy. ¡Joder! Me haz hechizado, está bien si soy un loco, discúlpame por favor, pero necesitaba decírtelo. —yo no podía hablar, la verdad si parecía loco, no sabía que pasaba.
—no soy ninguna prepago ni nada por el estilo, si es lo que buscas puedes irte, aquí no encuentras eso. —dije, apartándome un poco tratando de seguir mi camino. Me tomó por el brazo y me habló.
—no, no es eso, no pienses mal. En ningún momento te he hablado de eso, solo que hay algo en ti que desde que te vi no me deja en paz. Hay algo en tu mirada, que no sé descifrar. Necesito saber que hay en ellos, se me hacen demasiado familiar, demasiado atrayentes. —dijo acercándose más observándome fijamente.
—eres muy raro, es mejor que te vayas, mi presentación es ahora mismo tengo que irme. —dije nerviosa, como siempre que estaba cerca se me hacía complicado pensar.
—déjame volver a verte, sólo pido eso. Eres fantástica en lo que haces, sé que eres una buena chica... me lo dijo Bere. —dijo al notar mi cara de desconcierto— lo que haces es arte, tu eres arte.
—no lo sé, no se que decir. —dije mordiendo mi labio inferior en señal de que moría de nervios.
—sólo di que si, por favor. —dijo tocando mi labio separándolo de mis dientes que lo apretaban con fuerza. Su mirada se estaba volviendo oscura como cuando me besaba.
Aquello fué algo que me sobrepasó y me incliné sobre las puntas de mis pies tratando de alcanzar su boca, logré rozar mis labios contra lus suyos, el estaba estático y yo deseando que me besara como lo hacía en aquel, nuestro rinconcito en la universidad, me pegué mas a el y lo sentí agacharse tomando mis rosto entre sus manos besándome suavemente para luego agarrarme del cuello pegándome más a él, comenzó a meter su lengua cálida y húmeda en mi boca, todo a mi alrededor se nubló y solo parecía estar en mi mundo él y yo besándonos explorando cada rincón de nuestras bocas con deseo. Mi lengua comenzó a juguetear con la suya, mientras nuestros labios seguían unidos en aquel beso que me estaba dejando sin aire. Una de sus manos estaba en mi espalda desnuda moviéndose suavemente de arriba hacia abajo causando un hormigueo en ésta. Mientras mis manos se enredaban en su pelo y daba pequeños tirones de el.
De repente se separó de mi, y viéndome con sus ojos de miel oscurecidos habló —no se que me pasa, te juro que no se, mi cabeza da vueltas, —dijo tapándose la cara — y por un momento mientras te besaba pensé que eras otra, estoy confundido, discúlpame de verdad.
Escuché eso y sentí que mi sangre se heló, sería posible que haya pensado en mi, en Dulce. Las luces al fondo se apagaron mi hora había llegado, la música comenzaba a sonar. Corrí lo más rápido que pude, corrí lejos de ahí, lejos de el, yéndome y dejándole ahí confundido y yo cayendo en un agujero profundo sin salida.
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Dulce Perdición
FanficElla tenía una vida práctica y sencilla, sin problemas, sin rendirle cuentas a nadie, con un espíritu libre y muy propio. Él con muchos sueños y metas, amante de la música y por lo tanto alguien sensible y noble de corazón. Ambos creían sus vi...