Conducía mi auto escuchando música relajante, necesitaba algo que me relajara después de lo que había pasado entre Christopher y yo, nos comportábamos como dos pubertos que no podían controlar sus hormonas. No pensábamos en las consecuencias de nuestros actos, solo nos dejábamos llevar, como dos animalitos en celo guiados por su instintos. La comparación era fea y rara, pero así era, así lo sentía. Me aliviaba saber que el sentía lo mismo y que mi pasión era correspondida, que ardíamos juntos.
Cuando estaba por meter la llave en la cerradura de la puerta, mi celular sonaba dentro de mi bolsillo trasero, lo había metido ahí después de enviarle un mensaje de texto a Chris avisándole que había llegado ya, el muy paranoíco me pidió que estuviera avisándole, decía que yo aún no estaba segura por el acoso que sufrí en bar.Saqué mi celular y rápidamente deslicé el dedo sobre la pantalla, era Claudio, era raro que me llamara y mis alertas se encendieron, ¿le pasaría algo a Chris? ¡ay Dios mío! —¡Clau! ¿qué pasa? —respondí nerviosa, no quería ponerme así sin saber que era, pero como siempre los malos pensamientos son los primeros en aparecer.
—¡Dulcinea! —dijo al otro lado de la línea, me causaba gracia que él también me llamara así, Loren también lo había contagiado con mi apodo— ¿qué te pasa, estás como agitada? No te pongas nerviosa por escuchar mi voz, ya se que causo eso en todas pero contigo es diferente.
—ay ajá, —dije abriendo la puerta y entrando a mi hogar, al parecer la llamada no era para nada seria, lo sabía por su forma de comportarse, tan relajado como siempre— ya se que eres el más irresistible de todos los chicos, y el mas apuesto que hay sobre la faz de la tierra. —le hablaba de manera sarcástica y su carcajada resonaba en mi oído.
—ves como si sabes. Bueno pero no es de eso lo que quiero hablar. Te estuvimos esperando en el almuerzo, pero como no llegaste me tomé la molestia de llamarte. ¿por cierto donde te metiste? Chris tampoco apareció. ¿se fueron juntos?
—algo así, mmm haces demasiadas preguntas ¿te lo había dicho? Por eso se llevan tan bien con Lorena.
—claro, es mi alma gemela, mi media naranja, ella es la luna y yo soy el sol. —me reí fuerte hasta que me dolió el estómago, Claudio me callaba del otro lado del teléfono y yo no paraba, eso se había oído tan cursi, quién lo diría, esos dos estaban locos el uno por el otro.
—basta María, no te mereces el nombre de Dulcinea. —hablaba con fingida indignación y molestia.
—fue muy chistoso, ya, ya, lo siento.
—pequeña bruja, —habla ya Clau. —lo interrumpí, tenía calor, aparte estaba como una golfa después del revolcón con Chris y me quería dar un baño en la tina
—oye la cosa era que iremos todos a tu casa mañana, una tarde-noche juntos nos caería bien.
—¿ah sí? Y cuando estuvimos de acuerdo, porque no recuerdo haberlos invitado. —una risa maliciosa se escapó de mi garganta.
—hoy en el almuerzo, que no estuvieses es culpa tuya no de nosotros. —ahora el que reía era él— llevamos la comida y la bebida, tu solo ten limpio el lugar y la habitación de huéspedes.
—¡Claudio! Ahh. Es que Lorena y tú son unos malditos aprovechados. —El celular hizo un sonido y me fijé que me había colgado. ¡aprovechados!Tiré el celular en la cama y riendo por lo locos que eran mis amigos me desvestí y me dirigí a preparar la tina, nada ni nadie, iba a quitarme mi relajante baño. Estaba a punto de meterme cuando mi celular sonaba de nuevo, lo ignoré por completo y cuando tenía un pie dentro volvió a sonar, salí de muy mal humor para ver quién se atrevía a llamar e interrumpir mi baño de tina.
Cogí el celular y al ver que era Chris mi enojo se esfumó y una sonrisa boba se dibujó en mis rostro, no esperé más y le respondí. —¿bebote?
—¿qué hace mi princesa? —mis mejillas ardieron en el momento, no podía evitar sonrojarme, a el le iban mucho las cursilerías, yo que me burlaba de ellas.
—estaba a punto de meterme a bañar, pero alguien interrumpió mi momento de relajación.
—discúlpame. —una risa nerviosa salió de sus labios e hizo que mi cuerpo, como siempre, sucumbiera ante él.
—no te preocupes, escucharte igual me relaja. —caminé hacia la tina y ahora si, mi cuerpo se sumergió en las tibias aguas y mis músculos empezaron a relajarse, una gemido involuntario salió de mi garganta. La risa de Chris se hizo sonora.
—¿qué estás haciendo? Dulce, no sabía que eras tan sucia. —su risa no paraba, y a mi escucharlo reír me alegraba tanto.
—nada, el sucio eres tú, solo me estoy relajando, me sentía una golfa, tenía pasto hasta en los calzones. —empezamos a reírnos juntos, me contaba que el ya se había dado una ducha y lo mucho que ya me extrañaba.
—cariño, creo que me puedo dar una vuelta por tu departamento antes de ir al evento de mi padre. No quiero que esos locos lleven a algún chico mas y estés sola.
—no lo creo, pienso que solo vendrán ellos. Aparte, ¿estarías celoso?
—Dulce, —dijo de manera de reproche— estaré ahí preciosa. Te amo.
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Dulce Perdición
FanfictionElla tenía una vida práctica y sencilla, sin problemas, sin rendirle cuentas a nadie, con un espíritu libre y muy propio. Él con muchos sueños y metas, amante de la música y por lo tanto alguien sensible y noble de corazón. Ambos creían sus vi...