Cap 4

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Me concentré e hice lo mío, me sentía como en una burbuja de placer al sentir las miradas de los presentes sobre mi. Siguiendo y escudriñando cada recoveco de mi semidesnudo cuerpo, era una sensación que en cierta manera me llenaba de vanagloria.

No temía de acosos o señalamientos por parte de alguno que me viere; esa era yo, pero con una peluca negra, un antifaz, poca ropa y mucho maquillaje. Tuve varias condiciones para con la dueña del local al aceptar su ofrecimiento.

Un día al salir de clases me encontré con un anuncio publicitario donde ésta ofrecía sus servicios en clases ejercitantes de table dance, tenía solo un año de haber llegado a la ciudad, y no hacía nada más que estudiar, me pareció una muy buena idea, me inscribí y asistía dos veces por semana en las tardes. De pronto un día, me propuso trabajar en su bar, Solo era una simple presentación sin fines sexuales ni nada por el estilo, aún siendo algo mal visto y criticado por la sociedad, lo amaba.

Luego de varios minutos la música paró y las luces se volvieron a apagar. Así salí en completa oscuridad, me dirigí a mi camerino y ahí me esperaba mi amiga.

—Permíteme decirte que eres genial en lo que haces.

—Gracias, gracias por estar aquí conmigo. Se levantó y me ayudó a quitarme todo.

—¿Te imaginas que tu papá se entere de esto? No quiero que cumpla su promesa de mandarte al extranjero a estudiar.

—No pasará Lorena, no seas tan negativa. Hablaba con ella mientras me quitaba el maquillaje viéndome en el espejo.

—vienen mañana. Miré su reflejo en el espejo, estaba tensa.

—tu mamá llamó, le dije que estabas en el baño por eso no atendías, pudo escuchar la música al fondo y supo que no estábamos en casa.

—¡mierda! Por suerte fué ella y no mi padre. —Dije poniéndome la ropa y tomando el bolso.

—dijo que la pasáramos bien, y que no tomáramos tanto alcohol. Para que estuvieras óptima mañana ante tu padre, que te extrañan y mueren por verte. Esconde bien ese tubito que tienes en tu depa. —dijo entre risas cerrando la puerta a nuestras espaldas.

Entre pláticas, comidas y visitas con mis padres mi domingo pasó muy animado, gracias a Dios todo estuvo normal, mi padre al dejarme partir para acá me puso muchas reglas y condiciones, ya que él no quería que me perdiera en la gran ciudad y alejarme de mi objetivo, estudiar, graduarme y regresar para trabajar con él.

Había llegado el lunes y ellos partieron de regreso al pueblo y yo hacia mis clases. A pesar de todo el ajetreo de mi fin de semana logré presentar mi trabajo y obtener buen puntaje.

Mi lugar favorito en la universidad era la cafetería, así que, sin mas partía de mi salón a encontrarme con Loren y los demás a nuestra charla alimenticia que tanto nos gustaba, sí con Christopher incluido. Era increíble la manera en que todos habíamos hecho amistad en esa semana.

—Dulchi, espérame. —Dijo Chris corriendo hacia mi. Me di la vuelta y lo vi con esa típica sonrisa en sus labios. Se acercó a mi y me pasó el brazo por los hombros.

—vamos por favor, que si no te como aquí ya mismo. —solté eso así sin más. Es que me muero de hambre por eso. —añadí nerviosa al ver su ceño fruncido.

—bueno si tengo que entregarme en ofrenda a tu canibalismo y así no mueras de hambre, Cómeme.

—ya tonto. Le pegué suave en las costillas mientras Caminábamos riendo como buenos amigos.

Eso quería pensar que podríamos ser buenos amigos a pesar de que me parecía sumamente guapo, y en verdad quisiera comérmelo. No quería aceptar que en el fondo de mi ser algo se estremecía al llevarlo así tan pegado a mí.

—Pero que bien se ven juntos. —dijo Loren al acercarnos a la mesa donde ya nos esperaban todos. Pude ver como Verónica se tensaba al mismo tiempo que Chris se separaba de mi.

—claro ella es muy bella y que te digo de mi,si soy un galán.

No podia evitar reir con sus comentarios haciendo que mis nervios se esfumaran. —ya regreso, iré por algo de comer. —dije queriendo safarme de aquel momento donde sentía la acusadora mirada de Verónica sobre mi.

—no te preocupes voy yo, dime lo que quieres.

Él tan lindo y amable, ni yo misma entendía que diablos me pasaba. Después de mi ex había cerrado las puertas de mi corazón con llave, entendí que cuanto más amas más duele, que entre más alto vuelas, más duro es el trancazo. Aquel imbécil siendo mi novio desde los 15 años, mi primer amor y mi primer hombre me engañó de la peor manera. El día de mi graduación en medio de la fiesta lo encontré en el garage tirándose a mi prima. Por esa razón decidí largarme de ese lugar aprovechando que Lorena se había mudado para acá.

Y después de todo ahí estaba yo, viendo de reojo a Christopher. Observando sus expresiones cuando hablaba, cuando masticaba su comida y se lamía los labios. Qué sabor tendrían sus labios, su cuello era exquisito, su cuerpo sexy y atlético, cómo sería pasar mis manos por él y sentirlo, sería muy duro... el hecho de verlo siempre y que esos pensamiento rondaran en mi cabeza, de tan sólo pensar en eso me estremecí.

Sentí como Loren me pellizcó la pierna por debajo de la mesa, volteé a verla y pude leer sus labios cuando me habló en susurros, estaba a mi lado sin embargo no quiso que nadie se diera cuenta del bochornoso momento. —puedes dejar de saboreártelo, calma ese fuego mujer—. Seguramente en ese momento parecía un tomate.

A pesar de que con ella mi nivel de confianza era extremo, puesto que hablábamos de cualquier cosa y sin tapujos, no pude evitar sentirme en evidencia. No, estando en frente de mí el que provocaba aquellos pensamientos y sentimientos libidinosos.

Gracias a todas las hermosas que me están leyendo, se los agradezco de corazón. Y desde el fondo de mi alma espero que les esté gustando tanto como a mi, escribirla. 

Besos y mucho, mucho love 😘😘❤❤❤

Dulce PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora