Enrique
Subí al avión y me sentí como antes, regresaron mis problemas diarios y todas mis preocupaciones.
Mi problema actual era el sismo, me habían dicho que había sido devastador para todos los estados del sur, que casas y edificios se habían derrumbado y algunos habían quedado con grietas.
Luego de un largo vuelo, donde la mayoría del tiempo estaba mirando a través de la ventana tomando un poco de vino, llegamos al aeropuerto donde había algunos periodistas en la parte de afuera del aeropuerto, me llevaron a la parte de atrás donde una camioneta ya me estaba esperando.
La camioneta nos llevo hasta el Palacio Nacional donde algunas personas ya estaban ahí, empezaron a hablar sobre como solucionarían este problema, pasaron al rededor de tres horas y regresé a mi casa, ya era de noche, así que la cocinera de la casa me preparó una rica cena.
—¿Quiere cenar conmigo, señora Hilda?— le pregunté mientras que ella ponía el plato en la mesa junto con un tenedor y un cuchillo.— Me sentiré menos aburrido.
—Oh, lo siento, señor— contestó con una sonrisa. —Ya he cenado.
—Oh, bueno, ya que...
—Pero puedo platicar con usted...
—Claro que sí.
Mientras que yo cenaba, Hilda me contaba sobre los estudios de sus hijos y que ellos habían obtenido una beca, su hija Nora, estaba interesada en estudiar Ingeniería Petroquímica, y por otro lado, su hijo Roberto estaba en segundo semestre de Medicina. Yo la escuchaba con atención, cuando terminé mi cena ella recogió el plato y me dio las buenas noches a lo que yo le di las buenas noches a ella.
No sé que haría sin Hilda, Angélica no sabe cocinar y mis hijos menos... amo a mis hijos pero tengo que aceptar que ellos no saben hacer nada.
Llegué a mi cama y me acosté, Angélica estaba en un viaje, revisé mi celular y tenía algunos mensajes, unos de mis hijos y de Angélica, otros de mi equipo, y uno en particular me llamó la atención, era de Justin.
Para Enrique
Hola, soy Justin.
Oh, anoté mi celular en tus contactos, bueno, ya sabes quien soy.
Así que, sólo hola.Para Justin
Hola, perdón por no responder antes, acabo de llegar a casa, fue un largo vuelo y llegué a una reunión.
La cocinera me preparó unos verdaderos chilaquiles.Para Enrique
¿En serio estuvieron tan malos?
La verdad es que no lo creo no seas malo con el chef del restaurante.
Deberías de invitarme a México para probar unos verdaderos chilaquiles.Para Justin
Estaría encantado de recibirte en esta parte del mundo.
Bueno, creo que ya es un poco tarde.
¿Hablamos mañana?Para Enrique
Claro, descansa, veré cuando puedo ir a México.Para Justin
Igualmente, que duermas bien.Que venga a México no es una mala idea, de hecho es una muy buena idea, en verdad lo quiero volver a ver.
Puse mi celular a cargar, me puse la pijama y me dormí, pensando en él y en la posibilidad de que él pueda venir a México.
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Amor sin fronteras. [Enrique Peña Nieto & Justin Trudeau]
RomanceDivididos por un país, se conocen y ninguno puede salir de la cabeza del otro, pero al parecer ninguno quiere reconocerlo, sigan la historia de como Enrique y Justin van desarrollando su amor.