20.

4.1K 396 733
                                    

Enrique

Ya habían pasado tres meses en los que no había hablado con Justin, si, tres meses, en esos tres meses todo fue tan monótono que no lo soportaba.

Hace tres meses llegamos de Cuba, hace tres meses fue el funeral de mi hija y hace tres meses empezamos a organizar la boda de Raúl y Manny, porque sé que Paulina hubiera querido eso, que siguiéramos adelante, que no nos deprimiéramos... porque ya que se le va a hacer, desafortunadamente mi hija había fallecido y desafortunadamente no podía hacer nada para arreglarlo.

Pero ella, estaría con nosotros, en nuestros mejores y peores momentos, estaría en nuestras victorias y en nuestras derrotas, también sé que ella anhelaba ver a Raúl y a Manny unirse en matrimonio pero el destino no lo quizo así.

¿Yo? yo ya lo había aceptado, de vez en cuando me caían algunas lágrimas al recordarla y cada domingo voy al cementerio a llevarle flores, es la primera navidad en donde ella no estará con nosotros.

Era 23 de diciembre, la mañana estaba tranquila y yo iba en la camioneta, junto a Manny y Raúl, al cementerio, era la primera vez que Raúl iba conmigo, al llegar bajamos de la camioneta y me di cuenta que una lágrima calló de los ojos de Raúl, así que Manny lo apegó a él logrando que se relajara, los miré con una sonrisa.

Raúl es el que llevaba las flores, él las había escogido, caminamos hasta la tumba de Paulina, y más lágrimas escaparon de los ojos de mi asistente.

Manny lo abrazó con fuerza, besó su cabeza y acariciaba su espalda, cuando Raúl dejó de llorar se separó de su prometido y puso las flores sobre la lápida y sonrió con tristeza.

—Ehm, ¿se pueden retirar un momento?— les pregunté, a lo que ellos asintieron.— es que siempre hablo con ella cuando vengo y es un poco privado...

—No se preocupe, señor— habló Raúl.— Lo esperamos en la camioneta.

Y empezaron a caminar a la salida, yo me senté frente a la lápida y miré su nombre escrito sobre esta.

—Buenos días, hija— hablé e hice una pausa.— sabes que siempre te hablo de Justin.

Suspire.

—Justin, mi verdadero amor— reí ante lo que dije.

—Ya te había contado que le había dicho un montón de cosas feas, y que le había dejado de hablar...

—Ya han pasado tres meses y sigo sin hablarle, se qué el domingo pasado te prometí que le hablaría ese día, pero no puede, ¿qué pasa si no me perdona?

—Pienso decirle que me perdone y que lo amo, no sabes cuanto han crecido mis sentimientos, siento que él es indispensable para mi vida.

—La vida es una y hay que vivirla, si el no me corresponde pues ya ni modo, pero tengo que ser valiente...

Hice una pausa de tres minutos.

—Te prometo que hoy lo haré, llegando a casa.

Hablé sobre más temas con ella y luego me despedí, caminé de regreso a la camioneta y antes de llegar noté que Raúl y Manny se estaban besando.

Wow, con que así lo anima. Solté una risa, ellos todavía no se habían dado cuenta que ya había llegado, abrí la puerta con fuerza y me subí rápidamente.

—¿Así animas a Raúl, Manny?— se separaron rápidamente y Raúl empezó a toser.

Yo empecé a reír muy fuertemente y Manny le extendía una botella de agua a su novio.

Amor sin fronteras. [Enrique Peña Nieto & Justin Trudeau]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora