Enrique
Me había peleado con Justin y le había dicho cosas horribles, que claramente no eran ciertas.
No sé porque se lo dije, estaba cegado por la ira y la tristeza... yo no quería que se alejara de mi, lo quería tener más cerca de mi en un momento como este, en un momento en el que la mitad del día me la pasaba llorando y la otra mitad estaba consolando a Raúl, que también estaba bastante dolido.
Quiero decir, era mi hija, mi creación, mi mejor amiga, ella era mi persona favorita, a quien le podía contar mis problemas y preocupaciones.
Ya habían pasado 5 días desde su muerte, 5 días en los que Raúl no salía de la habitación del hotel y se la pasaba todo el día acostado en la cama mientras que lloraba casi formando ríos de lágrimas, sólo se levantaba para ir al baño.
Le había llevado comida los últimos 4 días, comida que siempre rechazaba y me la terminaba comiendo yo.
Salí de mi habitación y caminé pocos pasos hasta llegar a la suya, que estaba junto de la mía, toqué la puerta.
—¿Quién es?— escuché a través de la puerta su voz apagada y un poco afónica.
—Enrique— hablé con tranquilidad hasta que escuché un "pase".
Entré a la recámara y tomé su maleta, las maletas las habían enviado horas después de que llegaramos a Cuba, vi toda su ropa tirada al rededor de su cama y la levanté colocándola dentro de la maleta.
—Usted no debería de estar haciendo eso, señor— habló sin ganas mientras que se sentaba con decadez.
—Bueno, mi asistente está deprimido y mi otro asistente está en México, tengo que hacerlo, a parte de que mi asistente es como mi hijo, y debo de cuidar de él...
—Gracias— se levantó de la cama y me ayudó a recoger su ropa, para luego ponerla dentro de la maleta— ¿Su maleta ya está lista?
—Sí, ¿dormiste bien?— le pregunté y negó con la cabeza.— ¿Hablaste con Manny?
—No dormí nada, y si, pero le dije que no quería hablar en este momento, van 3 días que no hablamos— en su voz se hizo presente la tristeza y le dije que intentara dormir.
Hoy salía nuestro vuelo de regreso a México, los trámites ya estaban hechos, así que era tiempo de regresar al país para hacer el funeral de Paulina.
—Dormiré un poco— se acostó en la cama y rápidamente se durmió.
Eran las 9:47 de la mañana y nuestro vuelo salía a la 1:00 de la tarde, despertaría a Raúl dos horas antes, para después ir al aeropuerto y regresar a México.
Tomé el celular de Raúl y en su fondo de pantalla estaba la foto de Manny y él juntos.
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Amor sin fronteras. [Enrique Peña Nieto & Justin Trudeau]
RomanceDivididos por un país, se conocen y ninguno puede salir de la cabeza del otro, pero al parecer ninguno quiere reconocerlo, sigan la historia de como Enrique y Justin van desarrollando su amor.