26.

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Enrique

Mis ojos se abrieron al escuchar un celular sonar, miré por todas partes para identificar de donde provenía el sonido, vi mi celular en el escritorio y me levanté de la cama, lo tomé y era una llamada de Raúl, suspiré con cansancio y me pasé una mano por la cara.

Contesté la llamada y escuché unos sollozos, no otra vez...

-¡Señor! ¿qué pasa si me dice que no?- se escuchó a través de la llamada.

-¿De qué hablas, Raúl?- seguí escuchando unos ligeros sollozos y suspiros pesados.

-De Manny, ¿y si al final no quiere casarse conmigo?

-¿Estás otra vez con ese pensamiento?- suspire ante el silencio.- ¿Dónde estás?

-En el baño de abajo...

Corté la llamada. Mi vista encontró a Justin, acostado en la cama profundamente dormido, sin darme cuenta una sonrisa se situó en mi rostro, salí de la habitación sin hacer mucho ruido y bajé las escaleras para llegar a la planta baja.

Caminé hasta el baño y toqué la puerta.

-Pase.

-Ay, Raúl...- dije luego de verlo sentado en el piso jugando con su anillo de compromiso.

-Otra vez tuve esa pesadilla donde él me decía que no- me había contado que últimamente tenía esas pesadillas.

-Sólo son eso, pesadillas- hice una pausa y él me miró con sus ojos rojos.-¿Tu crees que él te haría eso?

Negó lentamente con la cabeza y le sonreí.

-Entonces ¿por qué lloras por eso? si sabes que eso no pasará y si pasa que se joda- reí a lo que él hizo lo mismo y se relamió los labios.- pero te aseguro que eso no pasará.

-Gracias- me abrazó y yo le regresé el abrazo.

Ya todo estaba listo para la boda, faltaban algunas cosas, pero creo que Raúl no... seguía pensando eso, la verdad es imposible que Manny haga eso, en verdad lo ama.

Salimos del baño y yo subí a mi habitación, abrí la puerta, Justin todavía estaba dormido, fui a mi baño, me lavé los dientes y me eché agua en la cara, regresé a la cama y me acosté, observé la muñeca izquierda de Justin, que tenía la pulsera que ayer en la noche le había regalado, me quedé viéndolo por unos minutos.

-¿Desde hace cuánto me estás mirando?- abrió los ojos y me mostró una sonrisa.

-Yo no te estaba mirando- me paré de la cama y fui al baño, abrí la llave de la tina, para que se llenara, luego regresé a la cama.

-¿Qué fuiste a hacer?

-Voy a llenar la tina, me voy a dar un baño relajante... - sonreí y me acerqué a él y dejé un pequeño beso en sus labios.-tu puedes bañarte en la regadera.

-No, voy a meterme contigo en la tina y voy a hacer algo que te va a gustar- dijo con una sonrisa pícara.

-¿Lasaña?

-¿Qué?

-Dijiste que iba a hacer algo que me va a gustar.

-Ja ja, que gracioso - habló con sarcasmo y yo sólo sonreí mostrando mis dientes.

Nos quedamos un momento en silencio, sólo mirándonos, hasta que él lo rompió.

-Te amo...

-Y yo a ti...- le respondí y lo besé, eventualmente el beso se convirtió de uno lento a uno un poco desesperado.

Amor sin fronteras. [Enrique Peña Nieto & Justin Trudeau]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora