imprudente

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Su alarma sonaba muy temprano, se colocaba ropa deportiva y salía a correr algunas calles, al regresar a su hogar se daba un largo baño al tratar de acomodar su cabello verdoso, luego preparaba un buen desayuno, aunque no era muy buen cosinero al menos podía sobrevivir.

Al terminar su rutina iba a la empresa donde trabajaba con algunos colegas de UA como Uraraka su gran amiga, también con Lidia aunque este era más un patrullero de calles, mientras que Deku era el héroe #1.

Al fin consiguió su sueño, pero igualmente algo faltaba.

Saludaba a todos con su bella sonrisa y luego se presentaba ante sus superiores, ya que aún siendo un héroe, debía responder ante los directivos de la agencia.

Al parecer todos estaban muy preocupados por algunos secuestros repentinos en la última semana, mientras no le dieran el caso él tendía que ayudar donde le nesecitaran.

Vencer villanos gigantes era más fácil de lo que parecía al principio, solo debía tener cuidado de no dañar edificios.

Los villanos transparentes eran un problema al tratar de encontralos pero se delataban solos al ver maletas de dinero flotando.

Los villanos pequeñitos eran un problema, se podían confundir fácilmente con niños indefensos, cuando realmente eran muy mayores.

Siempre había alguna clase de disturbio en la ciudad que debían controlar.

También tenía que presentarsé a alguna inauguración o remodelación, de algún edificio, hospital u orfanato.

Ser un héroe también significaba convivir con los pequeños, hacer caridad, visitar niños con alguna enfermedad terminal, dar ánimos a familias destruidas, ser modelo, firmar autógrafos, tomarse fotos con los fanáticos y ser un modelo a seguir.

Nunca imaginó que ser un héroe fuera tan agotador.

Eso sin contar las entrevistas y declaraciones ante el país sobre como bajaba o aumentaba el índice de criminales, tener que responder tan cortante cuando trataban de investigar sobre su vida privada, era muy difícil.

Una identidad secreta era principalmente para mantener a salvó a la familia, razón por la cual desidio vivir solo en primer lugar, por eso no hablaba mucho de su vida privada.

No solamente era el héroe número 1, también era el soltero más cotizado, muchos chismes y rumores lo emparejaban con Uravity más está solo era su compañera.

Al finalizar su día regresaba a casa, preparaba la cena y luego de daba otro baño para quitarse el sudor del cuerpo, preparaba la cena, pero si llegaba muy tarde solo compraba algo en alguna tienda y comía lo que encontrará.

Justo antes de ir a dormir, buscaba en su mesa de noche y miraba ese libro, lo tomaba con sumo cuidado, acariciaba la pasta y al abrir el álbum, miraba las fotos de Kacchan y de él, cuando eran unos niños, jugando en el parque, riendo, llorando, sus trajes de marineros, cuando sus madres se ponían de acuerdo y les vestían igual, también en fiestas de cumpleaños.

Esa fiesta tan inolvidable donde Katsuki lideró a todos los niños para luchar contra el malvado payaso que hacía que los globos en formas de animales se movieran volando  entre ellos, con el fin de entretenerlos.

Pero solo él estaba escondido, tenía un miedo que nunca le confesó a nadie, ni a su madre, solo su amigo rubio lo sabía y por ello el rubio se negaba a tener payasos en sus fiestas, pero su madre lo ignoró y contrato a uno muy bueno, lástima que esos niños lo hicieron sufrir.

Cuando terminó la masacre, ese explosivo amigo suyo lo saco de su escondite y le juro que nunca más un payaso estría en ninguna fiesta y si acaso uno se atrevía a estar cerca él lo explotaría.

Ni Héroe Ni VillanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora